CIUDAD DE MÉXICO, 23 de agosto (EDT).— El colectivo Restauradoras con Glitter —formado por mujeres especialistas en restauración y conservación del patrimonio cultural— se pronunció a favor de que antes de que se borren las pintas que quedaron en el Ángel de la Independencia, hechas en protesta contra la violencia de género, hasta que no se atienda y se resuelva el problema de inseguridad que padecen las mujeres.
Consideraron que, por su alta relevancia social, histórica y simbólica, “las pintas deben ser documentadas minuciosamente, con el objetivo de enfatizar y mantener viva la memoria colectiva sobre este acontecimiento y sus causas”.
Las Restauradoras con Glitter lanzaron también un llamado a las autoridades a realizar “las acciones necesarias para garantizar la seguridad de las mujeres, y en la sociedad haya cambios visibles en la reducción y castigo de la violencia de género en todas sus expresiones”.
Destacaron que en los medios de comunicación se le ha dado mayor difusión a las pintas sucedidas en las marchas, que al verdadero origen del problema: la violencia sistémica a la que se enfrentan las mujeres. Entienden la intervención del Ángel como respuesta a la falta de acción por parte de las autoridades.
Las especialistas sostienen que el patrimonio no es estático, sino dinámico: es la sociedad la que se apropia de él, independientemente de su sentido original. En este caso, el significado de la Columna de la Independencia como libertad y victoria también nombra a las mujeres. Ellas, como el 51 por ciento de la población, deberían de poder participar de la independencia que el monumento celebra.
PRONUNCIAMIENTO ante las pintas de la manifestación y marcha feminista del pasado 16 de agosto 🎆#RestauradorasConGlitter#VivasNosRestauramos #PrimeroLasMujeresLuegoLasParedes #MujeresNoParedes #YoTeRestauro #LaVidaEsPatrimonio #RestauroMonumentosConservoLaMemoria pic.twitter.com/Dtw2Er7xhG
— Restauradoras con Glitter (@RGlittermx) August 22, 2019
Por seguridad, todas las integrantes de Restauradoras con Glitter se mantienen en el anonimato, pues temen repercusiones violentas, como las que han vivido las mujeres que participaron en la marcha del pasado 16 de agosto. Y como dicen: “Primero las mujeres, luego las paredes“.
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