CIUDAD DE MÉXICO, 18 de noviembre, (EDT).- Las soldaderas, las adelitas, las coronelas, no son personajes ficticios, se trata de mujeres reales y sumamente valientes que se unieron en contra de la dictadura de Porfirio Díaz y que marcaron la historia en tiempos de la Revolución Mexicana.
La participación de las mujeres ha sido relegada a segundo plano en los relatos heroicos de la Revolución; sin embargo, las mujeres jugaron un papel importantísimo, pues no solo eran las encargadas de la alimentación de los soldados y del cuidado de sus hijos, las mujeres tuvieron puestos importantes. La mujeres destacaron por su coraje, su valentía y su amor por su patria.
Carmen Parra
Carmen Alanís o coronela Alanís, mejor conocida como Carmen Parra, se unió a las tropas revolucionarias en 1910 y más tarde se convirtió en coronela.
La coronela Carmen Parra tenía tareas tan importantes como trasladar parque a las tropas en Chihuahua, y era la encargada de entregar los mensajes del mismísimo Francisco I. Madero.
Luego, Carmen Parra se unió a las fuerzas del general Pancho Villa, y combatió valientemente en la toma de Ciudad Juárez, Chihuahua.
Concluida la revolución, participó en varias agrupaciones feministas sobre todo de carácter proletario, las cuales tenían por visión la lucha por el respeto a los derechos laborales y la ciudadanía plena de las mujeres.
Valentina Ramírez Avitia
Seguramente en los festivales en conmemoración de la Revolución Mexicana, de la escuela primaria, llegaste a cantar ese bonito corrido que dice: “Valentina, valentina, yo te quisiera deciiiir…” ¿Ya te acordaste?
Bueno, pues esta melodía fue dedicada a la soldado Valentina Ramírez, que se sabe participó en varios combates hasta la toma de Culiacán, Sinaloa, ocurrida entre el 20-23 de mayo de 1911.
Una imagen de ella que la inmortalizó, es una en la que aparece vestida con ropa de hombre y llevando una carabina 30-30; atrás, varios hombres mirándola. Se trata de un mujer muy joven y delgada con un rostro que refleja coraje, dureza y de verdad se le ve una mujer que no le teme a casi nada. Chequen:
Amelio Robles
Amelia Robles era una jovencita nacida en Xochipala, Guerrero, criada en un rancho, ella aprendió a domar caballos y a usar armas. Con un carácter bastante diferente a lo que le imponía su sexo femenino, Amelia decidió unirse a las tropas revolucionarias en 1912.
Una vez en las tropas, Amelia no se conformaba con ser soldadera, así que decidió adoptar el género masculino y convertirse en Amelio Robles. De esta manera, nace la primera historia documentada de un hombre transgénero en la Revolución.
De acuerdo con el texto de la investigadora Gabriela Cano, ‘Amelio Robles, andar de soldado viejo. Masculinidad (transgénero) en la Revolución Mexicana’, esta historia nos muestra el paso de una “identidad femenina impuesta a una masculinidad deseada”.
Amelio se dempeñó en las filas del zapatismo desde 1913 hasta 1918, cuando depuso las armas. Más tarde, bajo el gobierno de Venustiano Carranza, se unió al Ejército Mexicano, donde alcanzó el grado de coronel.
En 1974, la Secretaría de la Defensa Nacional condecoró a Amelio como Veterano de la Revolución. Y aunque para nadie era un secreto el pasado femenino de Amelio, de esta manera la Sedena reconoció su identidad masculina, pues no la incluyó en las 300 “veteranas” que también fueron reconocidas.
EDT/TIV