Francisco Medina
La violencia en las escuelas y entre los miembros de las comunidades educativas se extiende en México con niveles alarmantes que han despertado el riesgo, de que hechos como el ocurrido el 18 de enero de este año en el Colegio Americano del Noreste de Monterrey, se replique en todo el país.
Actualmente 18.8 millones de niños de primaria y secundaria en México han sido víctimas de violencia o acoso escolar. el bullying o la violencia entre estudiantes es tan sólo uno de los factores que especialistas en psicología educativa, asesoría legal y gestión de crisis y seguridad, han detectado como los fenómenos que comenzaron a detonar grados de violencia no vistos en los entornos educativos del país.
Como parte de las exposiciones que se hicieron en la primera conferencia Seguridad en las aulas. Diagnóstico y control de riesgos sobre violencia en las escuelas, organizada por la Fundación Logistics, la psicóloga Guillermina Godoy alertó que, de acuerdo con un estudio hecho por el FBI en Estados Unidos, reveló que 71% de los estudiantes que cometieron ataques con armas de fuego en colegios de ese país, eran menores víctimas de bullying.
En su presentación, Godoy señaló que en los últimos meses se han documentado casos de violencia relacionada con el entorno escolar en el país, como los jóvenes que se reunían en el grupo denominado Los Centinelas, en la Ciudad de México, para golpear a otros o los adolescentes que han participado en el reto conocido como “La Ballena Azul”, que se ha diseminado en México y en varios países como Rusia, Brasil y Colombia, e incluso ha provocado suicidios.
“Aunque muchos chicos ya habían expresado estas conductas, sólo un tercio de ellos había recibido un diagnóstico o atención psicológica. Se desestimaron sus quejas, sus filiaciones suicidadas y sus planeaciones (de ataques). Un cuarto de estos chicos tenía historial de abuso de alcohol y drogas”, expuso la especialista en relación a las cifras que el FBI obtuvo del análisis de 37 ataques en escuelas ocurridos de 1974 a 2002.
En este contexto, Godoy destacó ante padres de familia y representantes de escuelas públicas y privadas, que tanto directivos como profesores, padres de familia y los mismos alumnos deben contar con las herramientas necesarias para identificar el contexto psicológico y el entorno de los actores escolares para detectar y prevenir hechos de violencia antes de que ocurran.
“Muchas veces en las escuelas vemos a los chicos que se están cortando, el cutting está a la orden del día y tiene todo un sentido que se asocia con más cosas. Muchos trastornos psicológicos están detrás o son el paso preliminar al desarrollo de la violencia”, agregó.
Por su parte Enrique Beltrán, abogado especialista mencionó que paralelo a la detección temprana de estos casos, es fundamental que las escuelas cuenten y apliquen mecanismos efectivos para sancionar a los estudiantes que están involucrados en conductas violentas dirigidas en contra de otros estudiantes e incluso en contra de maestros y autoridades escolares.
Sin embargo, en muchos casos, los colegios están impedidos de ejercer sanciones oportunas debido a la sobrerregulación que sepulta los mecanismos de coerción y por las amenazas de demanda que hacen los padres de familia en contra de los colegios por presuntas violaciones a los derechos humanos de los estudiantes y a su derecho a la educación, a pesar de que se trate de victimarios.
Por lo anterior es fundamental el acompañamiento legal a las instituciones educativas, así como a los menores involucrados y a sus padres.
Beltrán recordó que la violencia en las escuelas es un fenómeno que se agrava en México. De acuerdo con la medición que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en 2015, México ocupa el primer lugar en bullying a nivel región con 18.8 millones de estudiantes de primaria y secundaria en el país han sido víctimas de violencia y acosos escolar.
El estudio de la OCDE reveló que 44.7% de los estudiantes mexicanos han sido víctimas de violencia verbal, sicológica, física y a través de redes sociales, 40% aseguró que al menos en una ocasión han sido víctimas de acoso escolar, mientras que 25.3% dijo haber recibido insultos y amenazas de otros compañeros.
Finalmente, Pablo Carstens, especialistas en seguridad y gestión de crisis, consideró que es importante que las escuelas cuenten con entrenamiento puntual para enfrentar eventos de violencia, apostando por la mediación como forma para abordar y solucionar los conflictos que surjan.
Los especialistas presentaron un plan de nueve pasos para atacar la violencia escolar que contempla la participación integral y coordinada de todos los integrantes de la comunidad estudiantil y del gobierno, el fomento de la cultura de la seguridad, la capacitación a escuelas, alumnos y padres de familia y la detección temprana de los signos de alerta.
Además, la implementación de controles para detectar armas, incluyendo las redes sociales, actualización de las normas internas de cada institución, mantener una comunicación eficiente a todos los niveles, generar líneas de ayuda y orientación y motivar la denuncia ética en los estudiantes para ubicar signos de riesgo entre sus compañeros.