CIUDAD DE MÉXICO, 19 de abril (EDT).- Durante la última fase del invierno y por el resto de la primavera la Ciudad de México y las redes sociales se pintan de violeta, con árboles de jacarandas que adornan calles, avenidas, parques y cielos.
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Los usuarios de Facebook, Instagram y Twitter comparten constantemente fotografías de jacarandas que encuentran en los lugares que visitan, sin embargo, hay algunos datos curiosos que seguramente no conoces sobre estos árboles.
No son nativos de la Ciudad de México:
Su plantación en las grandes avenidas comenzó durante el mandato de Álvaro Obregón en 1920, siguiendo el consejo del japonés Sanshiro Matsumoto y su padre Tatsugoro, quien fue un gran diseñador de jardines. Pero no fue sino hasta un par de décadas después que el árbol se reprodujo por toda la ciudad.
Crece en zonas cálidas:
La jacaranda es un árbol que crece en zonas geográficas cálidas y con condiciones regulares de humedad. Aunque puede encontrarse en muchas otras zonas, los países en los que crece de forma natural son mayormente Argentina y Brasil.
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Miden más de 10 metros:
Tienen un crecimiento a velocidad regular, lo que significa que en promedio alcanzan entre 8 y 12 metros de altura, aunque existen ejemplares muy viejos que llegan a medir hasta 20 metros. Esto se da porque la zona en la que se ubican les brinda las condiciones más apropiadas.
https://www.instagram.com/p/BwIG8zflAem/
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El tamaño de sus flores:
Las flores que tanto adornan nuestras calles —y después forman un tapete sobre ellas— miden en promedio 5 centímetros y se agrupan en racimos con rama de 25 centímetros regularmente.
Son vulnerables en el frío:
Las jacarandas son muy débiles ante los climas fríos, lo que es lamentable para los citadinos pues es bien sabido que actualmente el cambio climático puede darnos un día helado y al otro un calor insoportable. Los ejemplares más jóvenes pueden llegar a morir si hiela, peor aún si los cambios no son paulatinos sino radicales.
Mejoran la calidad del aire:
Una calle con diez árboles de jacarandas podría absorber el CO2 emitido por mil 405 automóviles que pasen por ahí. Así que además de atraer la mirada de cualquiera que pase frente a ellos, son árboles que disminuyen los efectos del cambio climático.
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EDT/vgs/TIV