RUSIA, 18 de septiembre, (EDT).— Las alarmas están encendidas, pues la tarde del lunes, se registró una explosión en el Centro Estatal de Investigación de Virología y Biotecnología (Vector, por su siglas en ruso), uno de los dos laboratorios en el mundo que tienen permiso para conservar cepas y esporas de enfermedades mortales como el ébola, la viruela, el ántrax y hepatitis.
Un cilindro de gas explotó en el quinto piso del laboratorio e hizo que volaran las ventanas; posteriormente se registró un incendio, el cual fue controlado por los servicios de emergencia del laboratorio y de la ciudad de Novosibirsk, Rusia.
“Los voceros del Centro de Investigación han enfatizado que este incidente no representa ninguna amenaza biológica ni de ningún orden para la población en general”, señaló la agencia estatal rusa Ria-Novosti.
There was an explosion @ the State Research Center of Virology & Biotechnology VECTOR near Novosibirsk, Russia.I inspected the facility years ago, which stores #smallpox & #Ebola virus, on behalf of the US State Dept. It is unlikely that the explosion led to pathogen release.
— Dr. David Sanders (@DavidSandersRep) September 16, 2019
Lo que sí proliferó en redes sociales fue el hashtag #bioweapons (armas biológicas), debido a que las cepas de estas enfermedades podrían desatar una guerra bacteriológica y cobrar la vida de millones de personas.
¿Por qué se guardan dos muestras vivas de viruela, una de las enfermedades más letales de la historia?
A partir de 1967, y de la mano de una agresiva campaña de vacunación alrededor del mundo, el virus fue borrado del planeta: el último caso conocido fue el de un joven en Somalia en octubre de 1977.
El 8 de mayo de 1980 la OMS declaró la erradicación total de la viruela.
Pero lo cierto es que dos muestras vivas habían sobrevivido. Una, en el laboratorio Vector en Rusia y, la segunda, en el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), ubicado en Atlanta.
Vector
Antes de la desaparición de la Unión Soviética, Vector fungía como laboratorio de investigación de armas biológicas; debido a sus altos niveles de seguridad durante la Guerra Fría también fungió como trinchera rusa.
De acuerdo a los registros del libro “Riesgo biológico: la verdadera historia del mayor programa encubierto de armas biológicas en el mundo”, del científico ruso Ken Alibek, aunque la Unión Soviética firmó en 1972 un acuerdo para no producir armas biológicas, continuó investigando el tema porque “temía que Estados Unidos no cumpliera con lo pactado”.
En la actualidad, se ha informado que Vector desarrolla vacunas y realiza pruebas para tratar de erradicar enfermedades como el ébola; además, sus empleados hacen investigaciones biológicas, biotecnológicas, genéticas y bacteriológicas.
Actualmente sólo se conservan muestras del viruela en un laboratorio del CDC en los Estados Unidos y en el laboratorio Vector de Koltsovo en Rusia #eldiabloenlanevera pic.twitter.com/7Gd3ea1dC3
— Catéter Doble Jota (@cateterdoblej) September 11, 2019
Sin embrago, con el final de la guerra fría, varios organismos – entre ellos, grupos de investigación de la OMS- comenzaron a solicitar la destrucción total de las muestras, para evitar una nueva epidemia, pero sobre todo para que no llegaran a las manos de agentes internacionales que pudieran convertirlas en armas biológicas.
La viruela podría utilizarse como arma biológica
Este temor está latente en la mente de la comunidad científica y de los gobiernos, tan es así que existen posiciones contrapuestas respecto a conservar muestras vivas de dichas enfermedades. Están quienes piensan que es mejor destruir los virus de una vez y para siempre, para evitar ataques biológicos, y quienes prefieren mantener las muestras para desarrollar nuevas vacunas si hiciera falta.
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y los ataques con ántrax que ocurrieron días después, miembros de la comunidad científica de Estados Unidos, India, Rusia y Japón solicitaron que no se eliminaran las muestras, según investigó el periodista británico Steve Connor, del diario The Independent.
“Estos científicos creen que el desarrollo de nuevas vacunas efectivas se debe hacer en muestras vivas del virus. Y no se sabe si los llamados terroristas tienen una muestra, por lo que la destrucción de las muestras podría ayudarlos a concretar sus planes de ataque”, escribió Connor en 2002.
El año pasado, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó un medicamento para combatir el virus.
La intención de mantener las cepas con vida, para lograr obtener una vacuna eficaz, responde al temor de los gobiernos respecto a que la viruela pueda utilizarse como arma biológica. Definitivamente quieren estar preparados.
Video sugerido:
EDT/TIV