CIUDAD DE MÉXICO, 7 de agosto, (EDT).- Muchachos y muchachas, ¿recuerdan al increíble Andy Warhol, aquel que nos hizo descubrir la belleza de una lata de Campbells mientras se burlaba del consumismo en el que estamos sumidos hasta convertirlo en arte? Pues sí nada más y nada menos que el grande, el único padre del arte pop.
Pues estamos en la nostalgia total recordando que un 6 de agosto, pero de 1928 nacía en Pittsburgh, Estados Unidos: Andrew Warhola, mejor conocido como Andy Warhol que a los largo de 58 años se reinventó una y otra vez y fue todo lo que quiso desde el padre del arte pop, hasta escritor, editor, fotógrafo, cineasta, actor, modelo, diseñador de escaparates, publisher, celebrity, empresario y por qué no, una drag.
Warhol jugaba continuamente con su propia identidad, se creaba y reinventaba y de esta manera ejerció una gran influencia en la estética glam rock de la música y la cultura de la década de 1960 y principios de la de 1970. A través de sus películas, en las que encarnaba a extravagantes drag queens, así como a través de otras actividades artísticas, convirtió al personaje del travesti en un ídolo gay o bisexual, haciendo burla de los rígidos estereotipos patriarcales de la imagen que debe de tener un varón y la que debe de tener una mujer.
Warhol realizó una increíble serie fotográfica por ahí de los años 1980 y 1981, donde aparecía siendo toda una reina del drag, en su obra: ‘Self- portrait in drag’, vemos a Andy posar para la cámara con todo el glamour de una diva del cine o de una señora muy chic de alta sociedad.
En su multifácetica carrera, ya había sido reconocido por la conversión de su obra en mercancía y por sus retratos de celebridades en la era de la sociedad del espectáculo. Pero en esta serie, él se divierte encarnando al espectáculo con maquillaje blanco y pelucas. Las famosas imágenes de sí mismo como drag le valieron el apodo de Drella en la comunidad artística de La Fábrica, y Warhol lo adoptó como alter ego: la palabra, una contracción entre Drácula y Cinderella (Cenicienta) combinaba su fascinación por la muerte y su característica piel pálida con el control de su parte “princesa” o afeminada.
Warhol comprendió muy bien el fenómeno de la sociedad de masas que rinde culto a la personalidad y la fama. Nunca negó que vivía rodeado de un mundo amante de Hollywood y del plástico. Él amaba el plástico y sus imágenes renuncian a la pretensión de interpretar el mundo, sus imágenes son resultado de elevar la banalidad pura y la mercancía a la categoría de arte. Esto le llevaría a convertir su propio nombre en una marca comercial, y a reproducir incesantemente íconos de la cultura estadounidense como a Marilyn Monroe, las famosas latas de sopa Campbell y las cajas de cereal.
Una de sus frases más populares reza, “En el futuro cada quien será famoso durante quince minutos”. Con ello, tal vez se adelantaba al panorama del actual poder de los medios de comunicación y el auge de los reality shows.
Aquí les dejamos algunas de las fotografías de este padrísimo trabajo de Warhol. ¡Disfruten!
EDT/TIV