DENVER, ESTADOS UNIDOS, 29 de agosto, (EDT).- Muchas veces hemos escuchado acerca de tragedias derivadas del bullying que algunos estudiantes ejercen sobre otros. Al parecer las autoridades educativas han estado tomando medidas al respecto; sin embargo, parece que las acciones emprendidas no han sido suficientes, pues esta lamentable práctica escolar sigue causando víctimas.
Hace unos días, el pequeño James Myles de tan sólo 9 años de edad se suicidó días después de comenzar las clases, víctima de un constante bullying por ser homosexual.
En la pasada temporada vacacional, el pequeño Jamel que asistía a la primaria Joe Shoemaker en Denver, Colorado, le confesó a su madre que era gay y que había decidió contárselo a sus compañeros de escuela, pues se sentía muy orgulloso de sí mismo. La madre lo apoyó y el pequeño se lo confesó a sus compañeros de clase; sin embargo, la reacción de los demás chicos no fue la que Jamel esperaba, pues le contó a su hermana mayor que los niños de su clase le dijeron que se matara.
Cuatro días en la escuela fue lo que tomó, apenas puedo imaginar lo que le dijeron“, dijo la madre de Jamel Myles, Leila Pierce, a medios de prensa local. “Me duele tanto que no haya venido a mi”, agregó.
Luego de ocurrida la tragedia, la escuela puso a disposición de estudiantes y profesores terapeutas para los que quieran hablar de lo sucedido y envió cartas a las familias sobre la tragedia.
Pierce indicó que espera que la muerte de su hijo concientice sobre los efectos del bullying y que los padres de los niños agresores tengan algún tipo de responsabilidad: “Creo que se debe responsabilizar a los padres porque claramente o lo enseñan a ser así o los tratan así”, añadió Pierce.