CIUDAD DE MÉXICO, 28 de agosto, (EDT).- Hoy en el Día de los Abuelos todos nos ponemos cariñosos con los abuelitos y hasta los vamos a visitar, porque algunos ya llevaban desde el 28 de agosto pasado que ni se acordaban de sus abuelos, ¿o no?
¿Alguna vez se han puesto a pensar en lo complicado que puede llegar a ser la vejez? ¿Cómo le hacen nuestros abuelitos para transportarse, qué tan fácil les resulta conseguir atención médica, comprar sus alimentos, tener actividades recreativas? ¿Ni idea?
En México, de acuerdo a la Constitución, los adultos mayores tienen ciertos derechos que velan por su bienestar:
- A una vida con calidad, sin violencia y sin discriminación.
- A un trato digno y apropiado en cualquier procedimiento judicial.
- A la salud, alimentación y familia.
- A la educación.
- A un trabajo digno y bien remunerado.
- A la asistencia social.
- A asociarse y participar en procesos productivos de educación y capacitación en su comunidad.
- A denunciar todo hecho, acto u omisión que viole los derechos que aparecen en dicha ley.
- A la atención preferente en establecimientos públicos y privados que presten servicio al público.
- Y a contar con asientos preferentes en los servicios de transporte.
Pero esta es la teoría que como casi siempre se escucha bien bonita, pero está bien alejada de la realidad. Por ejemplo, ¿qué tal se respetan los asientos para ancianos en el transporte público de sus ciudades? ¿Y qué tan fácil les es conseguir un empleo o una pensión?
De acuerdo con las proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo), en 2018 hay un aproximado de 16 millones 535 mil 610 adultos mayores, el 56.09% de hombres y el 43.91% de mujeres.
Con respecto al número total de mexicanos, estamos hablando de que las personas de la tercera edad presentan el 13.26%. Si tomamos en cuenta que el año pasado era del 10.5%, tenemos que en 365 días la población envejeció 2.75 puntos porcentuales, y la tendencia va a la alza.
Y de este universo de personas de la tercera edad el número de personas mayores de 60 años que cuentan con un trabajo es de 5 millones 120 mil 459, es decir, sólo el 30.96% del total.
Como todos sabemos el gobierno federal implementa programas de apoyo social con el objetivo que de los adultos que no cuentan con la capacidad de trabajar puedan tener un ingreso económico fijo, oportunidades de desarrollarse, de pasar su tiempo libre, etc. Y si ya estaban diciendo que con la tarjeta de López Obrador ustedes ya se vieron con la vejez solucionada, pues deben de tomar en cuenta unos pequeños datitos: Al primer trimestre del 2018, los adultos mayores que reciben un apoyo económico es de 5 millones 802 mil 880 pesos, es decir, sólo el 35%,y sólo una cuarta parte del total de ancianos en el país están pensionados. O sea que en una de esas no nos toca. (Espacio para entrar en pánico). Ahhh! Y además les comentamos que el 15.8% de las personas de 60 años y más que fallecieron en el 2015, no tenían derechohabiencia, es decir, que no estaban afiliadas a ningún tipo de institución médica ni pública ni privada.
Sin embargo, pese a la poca previsión para garantizar todos los derechos para los adultos mayores enunciados en nuestra Carta Magna, la realidad es que la implementación de políticas públicas orientadas a elevar el bienestar social a lo largo de los años ha derivado en el aumento constante de la esperanza de vida, por lo tanto, un envejecimiento de la sociedad.
Es justamente por eso que es necesaria la planeación aún más detallada de las condiciones de vida de la población a largo plazo. De acuerdo con la Conapo, a partir de 1970 inició una trayectoria de baja constante de las tasas de natalidad y mortalidad, es decir, nacen menos niños y mueren menos adultos, por lo que la tendencia es clara: estamos envejeciendo rápidamente.
Ya sabemos que pensar en nuestra vejez no es algo que nos encante, pero sí es algo sumamente necesario, por lo que es importante que las generaciones actuales pongan más atención en temas como el ahorro para su retiro que garantice su bienestar en la vejez, pues nos queda claro que las políticas públicas en este sentido no están siendo suficientes. Entonces les preguntamos nuevamente ¿están listos para envejecer?
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EDT/TIV