CIUDAD DE MÉXICO, 17 de septiembre (EDT).— Los Ig Nobel, los premios más reconocidos y menos prestigiosos de la ciencia mundial, fueron entregados en su 28º edición a los diez trabajos científicos más disparatados del año. Trabajos que, “primero, te hacen reír y, luego, pensar”.
Dietas caníbales, colonoscopias auto infligidas y tratamiento de montañas rusas para tratar las piedras en el riñón, son algunos de los proyectos que ganaron el anti-Nobel. En la ceremonia de entrega, que se realizó en la Universidad de Harvard, participaron diferentes premios Nobel reales, como Wolfgang Ketterle, premio Nobel de Física, y Michael Rosbash, de Medicina.
En esta edición, el estudio que más llamó la atención y que se llevó el premio en la categoría Educación Médica fue el informe médico del japonés Akira Horiuchi, quien describe la colonoscopia que se realizó a sí mismo (incluso, incluyó un dibujo ilustrativo).
“En nuestra experiencia personal, la autocolonoscopia demostró ser no solo posible sino también simple y eficiente”, concluyó Horiuchi en su trabajo. “El hecho de que la colonoscopia fue sorprendentemente fácil con el paciente en posición sentada sugiere que se justifican estudios para comparar posiciones sentadas versus supinas con endoscopios diferentes”, añadía el médico.
El Ig Nobel de Medicina para una investigación estadounidense. Otorgado a Marc Mitchell y David Wartinger, por utilizar los paseos en montaña rusa para tratar de acelerar el paso de cálculos renales. Su conclusión, fue que el asiento trasero de la montaña rusa es el lugar que más ayuda.
Los investigadores señalaron que decidieron realizar este estudio, después de que un número notable de pacientes asegurara haber expulsado el cálculo renal tras subir precisamente a esa atracción. En concreto, uno de ellos decidió repetir después de expulsar una piedra nada más bajar… y expulsó una segunda piedra.
En la categoría de Antropología, el premio fue para un equipo internacional quienes se encargaron de recoger evidencias, en un zoológico, de que los chimpancés imitan a los humanos con la misma frecuencia que los humanos a ellos.
El premio de Biología fue para una investigación que buscó demostrar que los expertos en vino pueden identificar con fiabilidad, por el olor, la presencia de una sola mosca en una copa de vino. Mientras que en el de Química fue para un estudio que midió el grado en que la saliva humana es un buen agente de limpieza para superficies sucias.
En la categoría Literatura, este fue por documentar que la mayoría de las personas que usan productos complicados no leen el manual de instrucciones. En Nutrición, el estudio galardonado fue hecho para calcular que la ingesta calórica de una dieta de canibalismo humano es significativamente más baja que la ingesta calórica de la mayoría de las otras dietas tradicionales de carne.
El Ig Nobel de la Paz fue para un equipo que midió la frecuencia, la motivación y los efectos de gritar y maldecir mientras conducen un automóvil. En Medicina productiva, el estudio premiado fue el que utilizó estampillas postales para comprobar si el órgano sexual masculino funciona correctamente, como se describe en su estudio “Monitoreo nocturno de la tumescencia del pene con sellos”. En la categoría Economía fue al equipo encargado de investigar si es efectivo que los empleados usen muñecos vudú para tomar represalias contra el maltrato jefes (el resultado fue que el uso de muñecos vudú si mitiga esa sensación).
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EDT/dsc