UCRANIA, 08 de octubre (EDT).- El accidente de 1986 ocurrido en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin en Chernóbil provocó el desastre radiactivo más catastrófico del mundo que aún tiene consecuencias en la humanidad, sin embargo, Ucrania ha encontrado la manera de trabajar con el suelo radiactivo de esta zona para convertirlo en energía solar.
Chernóbil fue una de las centrales nucleares más importantes del mundo. En 1986 tenía a su cargo un programa estratégico del ejército soviético que consistía en probar la gama inercial de la unidad turbo-generadora, lo que implicaba hacer un corte en la corriente eléctrica de la planta. Pero un fallo de dos segundos en el sistema de seguridad provocó dos explosiones que se expandieron a 3 kilómetros de la ciudad de Pripyat. Y a 120 kilómetros de Kiev, la capital.
En la explosión murieron dos personas y 29 más en los meses siguientes debido a los niveles de radiación que se desprendieron en el aire. Además, la Unión Soviética tuvo que evacuar a 116 mil personas por los peligros que supuso.
La alarma radiactiva abarcó 13 países de Europa. En la zona se acordonó un perímetro de 30 kilómetros alrededor de la central. Más de 5 millones de personas estuvieron expuestas a la radiación liberada, estando cerca de 400 mil gravemente afectadas. Chernóbil quedó completamente deshabitada.
Aunque ya han pasado más de 30 años la comunidad europea aún busca aislar el interior del reactor. Esperando obtener resultados favorables, Ucrania puso en funcionamiento la primera central de energía solar construida en la zona de exclusión de Chernóbil, prácticamente frente a la cuarta unidad de energía que explotó.