NUEVA YORK.- Los cárteles del narcotráfico son hoy uno de los principales perpetradores de violencia en México y el extranjero. Sus actividades delictivas no sólo han atravesado la frontera norte del país, sino que sus tentáculos se extienden por Asia, América y hasta Europa en un circuito constante de crecimiento y adaptación a las nuevas dinámicas mundiales.
La revista Science catalogó al narco como “el quinto empleador más importante de México” con entre 160 y 185 mil integrantes, además de señalar que el reclutamiento es una pieza clave en el “éxito” de su expansión.
Eso, por supuesto, acompañado de estructuras internacionales que les permiten, por ejemplo, incursionar en el mercado del fentanilo, usar drones para atacar poblados, conseguir armas de grueso calibre y hasta lavar dinero con apoyo extranjero.
En México, los principales exponentes de estos crímenes son el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), dos objetivos prioritarios tanto para México como para Estados Unidos, país vecino donde las drogas sintéticas han desatado una crisis mortal que la propia Agencia de Control de Drogas (DEA) y la Oficina Federal de Investigación (FBI) en Estados Unidos buscan detener a toda costa.
Los tentáculos del narco se enfocan principalmente en las drogas. Pero aunado a ese negocio está el tráfico de armas, el secuestro, los asesinatos y el lavado de dinero que son piezas clave -y no menos importantes- de los lazos que grupos como “Los Chapitos” han consolidado a nivel mundial.
El tentáculo vecino: Estados Unidos
“Los Chapitos” son hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, uno de los capos más fuertes del narco, prófugo en dos ocasiones, pero hoy purgando una condena perpetua en una cárcel de máxima seguridad en Estados Unidos. Como herencia, sus hijos se encargan de manejar una parte del Cártel de Sinaloa, mientras Ismael “El Mayo” Zambada controla el resto de la organización.
En los últimos meses, Estados Unidos apuntó directamente a los sucesores del “Chapo” para enfrentar el trasiego de fentanilo, una “droga zombie” que mató a 70 mil personas en 2021, de acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglás en inglés). Y que detonó la aparición de narcomantas de este cártel ordenando un cese a la distribución de esta droga.
En este escenario el Departamento de Justicia de los Estados Unidos acusó a Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar y a Ovidio Guzmán López responsabilizándolos del trasiego de fentanilo, armas y lavado de dinero.
Sin embargo, la droga no se propaga sola por el país vecino. En marzo de 2023, el periodista Pedro Dominguez reveló que cuatro pandillas en la frontera sur de Estados Unidos son los principales socios de los grupos criminales mexicanos.
Esto, tras consultar a la Asociación Internacional de Investigadores de Pandillas Latinas, quienes registraron que The Logan Heights, The Mexican Mafia, Barrio Azteca y Sindicato New Mexico estaban coludidas con el Cártel de Sinaloa, el CJNG, el Cártel de Juárez, La Línea y el de Caborca.
El negocio de las drogas resulta lucrativo tanto para “Los Chapitos” como para otros grupos criminales que han catapultado los decomisos en la frontera entre ambos países. Tanto así que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) registró un incremento en los decomisos de esta droga en un 80 por ciento, es decir, casi se duplicaron las cantidades de fentanilo aseguradas entre el cierre de 2022 y septiembre de 2023.
Esta no es la única droga que atraviesa estas dinámicas. De enero a agosto de 2023, los decomisos de drogas en la frontera han incrementado también para las metanfetaminas y la heroína, según datos del CBP. En el caso de las metanfetaminas aumentó en 16 por ciento sus incautaciones al alcanzar 521 mil 888 kilos, mientras la heroína subió un 119 por ciento en ese mismo periodo.
Los lazos entre pandillas y cárteles no son nuevos. En 2010, USA Today dio a conocer que grupos carcelarios operaban tanto en México como Estados Unidos atraídos por las ganancias del negocio de las drogas.
En aquel momento, el señalamiento fue en contra de Hermandad Aria y The Mexican Mafia por transportar dinero y armas hacia México ocultas en automóviles robados. Por otro lado, el Departamento de Justicia de Estados Unidos imputó en 2021 a altos líderes de la Mara Salvatrucha.
“En México, los líderes de la MS-13 establecieron relaciones para obtener narcóticos y armas de fuego, hicieron negocios con carteles narcotraficantes mexicanos tales como los Zetas, el Cartel del Golfo, el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cartel de Sinaloa, además de participar en la trata de personas y el contrabando humano”, se lee en el comunicado oficial
Desde aquel entonces, el fortalecimiento de los nexos entre pandillas y cárteles preocupaban a las autoridades en México y Estados Unidos.
Tentáculos en Asia: China, India y Turquía
El dinero producto de actividades delictivas debe ser “blanqueado” de una u otra manera. Algunos cárteles como “Los Chapitos “ utilizan diferentes esquemas de lavado de dinero, por ejemplo, el “Black Market Peso Exchange”, las remesas, jóvenes y hasta bitcoins.
Sin embargo, la mafia china ha salido a colación en las investigaciones tanto por lavado de dinero como de proveeduría de precursores y pre-precursores para la producción de opioides sintéticos.
Estas ligas fueron perseguidas por el gobierno de Estados Unidos, que identificó a Gan Xianbing, alias “El viejo Gan”, como uno de los hombres que ha lavado dinero a los cárteles mexicanos y que fue condenado por blanquear 530 mil dólares.
Funcionarios estadounidenses dijeron a Reuters que “los ‘brokers de dinero’ chinos, como Gan, representan una de las nuevas amenazas más preocupantes en su guerra contra las drogas”.
Sus métodos son variados, pero uno de ellos, documentado por la agencia, consiste en dirigir las ganancias de los cárteles de Estados Unidos a China, para luego trasladarlos a México en un teléfono desechable con aplicaciones bancarias chinas.
En resumen, la revisión de documentos del juicio de Gan, revelaron el fuerte papel de China en el imperio de las drogas, a pesar de su detención en noviembre de 2018.
“El viejo Gan” trabajó para una organización que lavaba dinero en China y viajó a México en el 2011, aunque el esquema está encabezado por Haiping Pan, quien desde 2019 tiene una acusación formal en los Estados Unidos por el lavado de 500 mil dólares.
Grupos como el Cártel de Sinaloa y el CJNG también utilizarían las remesas para lavar su dinero. De acuerdo con otra fuente de Reuters del gobierno estadounidense, hasta un 10 por ciento de las remesas podrían ser dinero de drogas de estos cárteles, movilizada por medio de civiles reclutados.
Por otro lado, en cuanto a la fabricación de opioides como el fentanilo, muchos de los precursores y pre-precursores utilizados por el crimen vienen de China, India y Turquía, de acuerdo con la DEA y otras organizaciones de investigación norteamericana.
Este esquema se dio a conocer en febrero de 2023, cuando el Departamento de Justicia dio a conocer la acusación en contra de Carlos Algredo Vázquez, de 57 años, y Francisco Pulido Coracero, de 65, dos michoacanos que, con empresas aparentemente legítimas tanto en México como en Estados Unidos, compraron sustancias químicas de China, India y Turquía.
“ Supuestamente importaron químicos a México y los proporcionaron al Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y otras organizaciones narcotraficantes mexicanas para fabricar metanfetamina destinada en última instancia a ser importada a Estados Unidos”, se lee en la acusación.
En cuanto a Turquía una de las empresas vinculadas a Algredo fue MB Barter & Trading Mexico S.A. de C.V., la cual fue señalada en cuatro incautaciones de precursores químicos, una de ellas hecha desde Turquía con destino a Manzanillo.
Varios empresarios chinos han sido fichados por la DEA, señalados de enviar precursores químicos a los cárteles, entre ellos Kin Jiang, empleado de la empresa china Suzhou Xiaoli Pharmatech; Huatao Yao, dueño de Wuhan Shuokang Biological Technology o “SK Biotech”, que junto con Yonghao Wu y Yaqin Wu son acusados de favorecer la producción de fentanilo en México.
Tentáculo de Occidente: Europa y Medio Oriente
El hecho de que en Estados Unidos se distribuye droga y en China existen grandes emporios de lavado de dinero no excluye de esos territorios las otras actividades delictivas de los cárteles. Más bien, estas se potencializan en una u otras regiones. El crimen organizado se caracteriza por portar armas de grueso calibre, desde AK- 47 hasta granadas, lanzacohetes y vehículos militares.
Documentos de Guacamaya Leaks, citados por Mexicanos Unidos Contra la Corrupción, revelaron que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se convirtió en uno de los proveedores armamentísticos del crimen. Sin embargo, algunos de estos proveedores del narco también están fuera del país, ubicándose incluso en Estados Unidos, Europa o Israel.
Tan sólo en febrero de 2023, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos bloqueó activos a Jesús Cisneros Hernández, quien fue acusado de comprar armas en Wisconsin para luego traerlas a México y entregarlas al CJNG.
Para septiembre de este año, Estados Unidos reconoció en su “Estrategia para combatir los opioides ilícitos” que una parte de las armas en los cárteles provenían de sus territorios.
“El contrabando de armas de fuego desde Estados Unidos a México proporciona un mecanismo para que los cárteles amenazen los esfuerzos de las autoridades mexicanas para combatir la producción ilícita de opioides”, señalaron.
Sin embargo, la exportación de armas al crimen se realiza también desde el otro lado del océano Atlántico. Por lo menos, así lo detalló el informe “Comercio Mortal: Cómo las exportaciones de armas europeas e israelíes están acelerando la violencia en México”, el cual detalla que entre 2006 y 2018 se enviaron 238 mil armas de fuego de empresas europeas e israelíes
“Más del 95 por ciento” de estas armas, señala el reporte, se encontraban clasificadas como de “uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea”. Sin embargo, esto no trajo mayor seguridad al país y, tan sólo en asesinatos, se registraron 276 mil casos entre 2006 y 2019.
En México pueden encontrarse armas italianas, característicamente pequeñas, pero que han saturado el mercado nacional al ser “fabricados o distribuidos por las sucursales estadounidenses de las principales compañías italianas, como el Grupo Beretta y Fiocchi Munizioni”.
El papeleo no es muy complicado, según el informe, lo que permitió que durante el primer semestre de 2020 se registraron un promedio anual de 10 mil pistolas y revólveres, además de 1 mil 100 fusiles.
Entre 2006 y 2018, las armas israelíes provenían de la empresa Israel Weapons Industries, la cual habría vendido a México 23 mil 772 armas, por un monto de 34 millones de euros. Mientras las armas belgas se importaron en 8 mil 367 casos por medio de la empresa FN de Bélgica.
Éstas armas se entregaron a la policía de Jalisco, la cual informó que casi 800 de ellas fueron robadas o perdidas por la policía.
“La Sedena informó que recuperó 180 armas FN en las escenas del crimen a lo largo del país. Los tres modelos principales fueron el FN Five-seveN (59 armas); FN P90 (33 armas); y FN P9 (27 armas) – los mismos tres modelos principales que fueron recibidos por la policía”, se lee en el reporte.
Los modelos de FN tienen la capacidad de perforar chalecos antibalas, un atractivo tanto para la policía como para los cárteles. De hecho, armas de este tipo se han ligado al Cártel de Tijuana, al Cártel del Golfo, Los Zetas y el CJNG.
Las armas checas y alemanas también formaron parte de este reporte. Las primeras con 7 mil 904 unidades para uso policiaco local y estatal, según datos del Ejército, mientras las alemanas también entraban a diferentes estados, manufacturadas por empresas como Walther y Heckler & Koch, esta última con empleados condenados en 2019 por exportación ilegal de armas.
Así, los cárteles se expanden por México, pero encuentran formas de mantener a flote el negocio de la droga a través tentáculos que extienden fuera del país.
AM.MX/fm