Ciudad de México.- En un emotivo encuentro denominado “Memorias Disidentes: Encuentro Cultural de Víctimas de Tlaxcoaque”, sobrevivientes de la “guerra sucia” en México compartieron testimonios estremecedores en la Casa Refugio Citlaltépetl, perteneciente a la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. La reunión, realizada con el propósito de buscar justicia y mantener viva la memoria de las violaciones a los derechos humanos, dio voz a quienes padecieron la represión en ese oscuro periodo de la historia mexicana.
Entre los testimonios, mujeres trans que sufrieron detenciones arbitrarias por sus preferencias sexuales relataron la brutalidad vivida a fines de los años 70 y principios de los 80. Testimonios de estudiantes que protestaron en las marchas de Tlatelolco en 1968 y en “El Halconazo” en 1971 también resonaron en el encuentro, destacando la represión y violencia desatada en contra de la disidencia.
Denisse Valverde, mujer trans, leyó el poema “Mujeres trans muriendo en las calles”, recordando la violencia inhumana que sufrieron. Se subrayó la desaparición de archivos y la falta de explicaciones respecto a la suerte de muchas personas de la diversidad sexual. Gabriela Estrada, quien inició la prostitución a los 11 años, narró su experiencia en Tlaxcoaque, una cárcel clandestina emblemática de la “guerra sucia”.
David Ruora, participante en las marchas de 1968 y detenido cuatro veces, compartió su vivencia en Tlaxcoaque y leyó “El suéter”, un poema dedicado a las madres en busca de sus hijos desaparecidos durante ese período oscuro de la historia mexicana.
La sede de la Dirección de Policía y Tránsito capitalina, ubicada en la Plaza Tlaxcoaque, fue señalada como uno de los centros de detención clandestina de la “guerra sucia”. El evento destacó la importancia de no olvidar estos episodios y buscar justicia.
Es relevante mencionar que la exjefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, envió al Congreso de la Ciudad de México el decreto para la Ley de Memoria de la Ciudad de México, con el objetivo de preservar y garantizar el derecho a la memoria de las violaciones graves de derechos humanos cometidas por los cuerpos de seguridad en la capital.
EDT.MX/CV