MOSCÚ, RUSIA.- La madre de Alexéi Navalni, el opositor ruso fallecido el viernes en prisión, no pudo ver su cadáver el lunes, por tercer día consecutivo, afirmó el equipo del activista, añadiendo que las autoridades rusas “mienten” para intentar “ganar tiempo”.
El opositor ruso y principal adversario del presidente Vladimir Putin murió a los 47 años en la cárcel del Ártico en el distrito autónomo de Yamalia-Nenetsia donde cumplía una pena de 19 años, desatando la indignación de las potencias occidentales.
Desde hace tres días, sus familiares, que acusan al Kremlin de haber asesinado a Navalni y de querer ocultar las huellas de sus acciones, intentan sin éxito poder ver sus restos.
“La madre de Alexéi y sus abogados llegaron a la morgue a primera hora de la mañana. No se les permitió entrar. A uno de los abogados lo echaron literalmente a empujones”, Kira Yarmish, portavoz del activista.
La vocera precisó que su madre, Luidmila Navalnaya, no fue autorizada a entrar en la morgue donde supuestamente está el cadáver en Salejard, la capital regional a unos cincuenta kilómetros de la prisión donde las autoridades afirman que murió Navalni.
Según Yarmish, el Comité de Investigación, encargado de las investigaciones penales en Rusia, afirmó que la indagatoria sobre la muerte de Navalni “se ha prolongado”.
“No se sabe cuánto tiempo continuará. La causa de la muerte sigue siendo ‘indeterminada’. Mienten, intentan ganar tiempo y ni siquiera lo ocultan”, Kira Yarmish, portavoz del activista.
El Kremlin confirmó que la investigación “sigue en curso” y no ha llegado a ninguna conclusión “por el momento”.
“En estas circunstancias, ante la falta de información, creemos que es absolutamente inaceptable hacer declaraciones tan odiosas”, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin.
La madre del opositor, Liudmila Navalnaya, acudió el sábado junto con un abogado a la colonia penitenciaria de alta seguridad nº3, en un lugar remoto a unos 2 mil kilómetros de Moscú.
Según los servicios penitenciarios rusos (FSIN), Navalni murió el viernes tras perder el conocimiento “después de un paseo”.
Estaba encarcelado desde que regresó a Rusia a principios de 2021, después de sufrir un grave envenenamiento, y su salud llevaba meses deteriorándose.
Durante su reclusión pasó unos 300 días en una celda disciplinaria, en duras condiciones de aislamiento.
Putin, que nunca nombró a Navalni por su nombre, no hizo ningún comentario sobre su muerte, que ocurrió un mes antes de las elecciones presidenciales rusas, en las que, previsiblemente, el dirigente se mantendrá en el poder con un nuevo mandato de seis años.
La muerte de Navalni desató una oleada de conmoción e indignación en Rusia y Occidente.
Su viuda y compañera de lucha, Yulia Navalnaya, el viernes, poco después de conocerse la muerte de su esposo, habló brevemente en la Conferencia de Seguridad de Múnich.
Al borde de las lágrimas, acusó a Putin de ser “personalmente responsable” del deceso y pidió a la comunidad internacional unirse para derrocar el “régimen aterrador”.
En Rusia, los modestos intentos de rendir homenaje al opositor fueron reprimidos, en plena campaña de represión e intimidación contra cualquier crítica a las autoridades desde el inicio de la ofensiva en Ucrania en febrero de 2022.
La policía rusa detuvo durante el fin de semana a cientos de personas que depositaban flores y encendían velas en decenas de ciudades en honor al disidente.
Navalni era la figura más destacada de la oposición en Rusia, donde ganó popularidad -especialmente entre los jóvenes- gracias a sus profundas investigaciones sobre la corrupción durante el gobierno de Putin.
AM.MX/fm