CIUDAD DE MÉXICO / SemMéxico.-El Día Internacional de la Mujer Trabajadora (o también Día Internacional de la Mujer) se celebra el día 8 de marzo y está reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En este día se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona. Es fiesta nacional en algunos países.
La idea de un día internacional de la mujer surgió al final del siglo XIX, en plena revolución industrial y durante el auge del movimiento obrero. La celebración recoge una lucha ya emprendida en la antigua Grecia y reflejada por Aristófanes en su obra Lisístrata, que cuenta como Lisístrata empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra, y que se vio reflejada en la Revolución francesa: las mujeres parisienses, que pedían «libertad, igualdad y fraternidad», marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino, pero no fue sino hasta los primeros años del siglo XX cuando se comenzó a proclamar, desde diferentes organizaciones internacionales de izquierda, la celebración de una jornada de lucha específica para la mujer y sus derechos.
El feminismo es una filosofía que lucha por la libertad, es un gran motor de ayuda en el avance de la humanidad. La libertad de las mujeres no implica la esclavitud de los hombres, ellos no pueden aspirar a ser libres si siguen oprimiendo a las mujeres según las determinaciones patriarcales.
El Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) es una fecha que celebran los grupos femeninos en todo el mundo. Esa fecha se conmemora también en las Naciones Unidas. Cuando las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, se unen para recordar su día, pueden contemplar una tradición de no menos de noventa años de lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.
El Día Internacional de la Mujer se refiere a las mujeres corrientes como artífices de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre como ya lo planteamos. En la antigua Grecia, Lisístrata empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra; en la Revolución Francesa, las parisienses que pedía “libertad, Igualdad y fraternidad” marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino.
La idea del día internacional de la mujer surgió al final del siglo XIX, que fue, en el mundo industrializado, un período de expansión y turbulencia, crecimiento fulgurante de la población e ideologías radicales.
En 1909, de conformidad con una declaración del Partido Socialista de los Estados Unidos de América, el día 28 de febrero se celebró en todos los Estados Unidos el primer Día Nacional de la Mujer, que éstas siguieron celebrando el último domingo de febrero hasta 1913.
El primer paso concreto para la creación del movimiento socialista femenino internacional fue dado por Rosa Luxemburgo y Clara Zetkin del Secretariado Internacional Femenino durante el VII Congreso Internacional celebrado en Stuttgart, Alemania en 1904 cuando con poca presencia de mujeres se llevó a efecto la primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas. Ahí se planteó la lucha enérgica de todas las socialistas por el sufragio universal a las mujeres.
Cuando se celebró el Congreso Socialista en Copenhague, Dinamarca del 25 al 27 de agosto de 1910, se llevó a cabo la Segunda Conferencia Mundial de Mujeres Socialistas con delegadas de dieciséis países. Con la secretaria Clara Zetkin colaboró Rosa Luxemburgo. Se abordaron temas políticos como el problema de Finlandia, sometida a la represión del zarismo; otros más: los seguros sociales para la mujer y el niño; la lucha por el mantenimiento de la paz; el sufragio femenino contra el acaparamiento y carestía de las subsistencias.
Desde la conferencia enviaron saludos al Partido Socialista de Finlandia, las mujeres socialistas depositaron su confianza en la Revolución Rusa que llegaría para octubre de 1917. Respecto al tema de la paz, ellas hicieron suyas las resoluciones de los Congresos Socialistas Internacionales de París, Londres, Stuttgart, atribuían las causas de la guerra a las contradicciones creadas por el sistema capitalista de ahí que la paz sería posible gracias a la acción del proletariado y el triunfo del socialismo en el mundo. En consecuencia las mujeres socialistas tienen el deber de colaborar para el mantenimiento de la paz.
Se insistió en la lucha por obtener el voto y respeto a los seguros sociales para la mujer y el niño, se planteó la protección en el trabajo:
– jornadas de ocho horas.
– jornadas de seis horas para los jóvenes de 16 a 18 años.
– para los niños de 14 a 16 años jornadas de cuatro horas.
Prohibir trabajos perjudiciales para la salud de las mujeres y los niños, subvenciones, establecimientos de casas-cuna, de guarderías, de escuelas, sanatorios, etcétera.
Las mujeres decidieron emprender una gran campaña de agitación y denuncia de las causas que provocan la miseria de los trabajadores, al tiempo que planteaban la creación de un movimiento cooperativo.
Entonces Clara Zetkin presentó la propuesta de organizar un día internacional de las mujeres trabajadoras, el cual sería más tarde Día Internacional de la Mujer. Se decidió que cada año, en cada país, las mujeres, como una forma de lucha para la solidaridad internacional por derechos de las mujeres, cada año, en una misma fecha realizaran el Día de la Mujer bajo la consigna: “El voto para las mujeres unirá nuestros esfuerzos en la lucha por el socialismo”.
Como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el año anterior, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez (el 19 de marzo de 1911) en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de 1 millón de mujeres y hombres. Además del derecho de voto y de ocupar cargos públicos, exigieron el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
Alejandra Kollontai narró: fue hasta 1913 cuando el Día Internacional fue transferido al 8 de marzo, porque el 8 de marzo de 1907, con un curioso espectáculo atraía la atención de los habitantes de Nueva York en Estados Unidos: un largo cortejo desfilaba por las calles. Eran las obreras textiles de la confección con carteles que reclamaban mejores condiciones de trabajo, el reconocimiento de la igualdad de derechos a las norteamericanas. En las banderas desplegadas se demandaban: salarios dignos, jornadas de diez horas, guarderías y el derecho al voto. Era la primera vez que asistía a una manifestación de esas obreras que, desde hacía más de treinta años suministraban mano de obra barata a los industriales de la confección trabajando de quince a dieciséis horas diarias.
Cuando el cortejo llegó a los barrios distinguidos, la policía las dispersó. Algunas manifestantes fueron pisoteadas, golpeadas, otras detenidas. Los sindicatos muy débiles elevaron una protesta que no fue admitida. En 1910, tres años más tarde, las obreras de la industria textil formaron su propio sindicato, se adhirieron a la Unión Nacional de Trabajadores”. En otras versiones se dice que las obreras tomaron la fábrica e hicieron huelga, el patrón en represalia provocó el fuego y ellas murieron incineradas. Esto fue el 25 de marzo de 1911, más de 140 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes italianas y judías, murieron en el trágico incendio de la fábrica Triangle en la ciudad de Nueva York.
Este suceso tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos, y en las celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer se hizo referencia a las condiciones laborales que condujeron al desastre. Probablemente estos hechos fueron tomados en cuenta por las socialistas para conmemorar el día 8 de marzo.
El 19 de marzo de 1911 se llevó a cabo una Conferencia de las Mujeres Socialistas porque en esa fecha recordaban un día 19 de marzo del año 1848, cuando el rey de Prusia ante el pueblo armado prometió, entre otras cuestiones, el voto para las mujeres. Para marzo de 1913 en San Petersburgo, Rusia, las trabajadoras textileras insistieron en celebrar el Día de la Mujer bajo el lema:
“¡Abajo el hambre! ¡Abajo la guerra!”. El siguiente año 1914, en otras ciudades rusas se celebró la primera gran marcha de trabajadoras, después se efectuó un mitin de masas con canciones revolucionarias y una bandera roja desplegada se paseó por las calles de Moscú. Las mujeres manifestantes fueron dispersadas por la policía y muchas arrestadas. También en 1914 las francesas se manifestaban por los barrios populares de París protestando contra la detención, en Berlín, de Rosa Luxemburgo.
Del 26 al 28 de marzo de 1915, en Berna, Suiza, tuvo lugar la Tercera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, asistieron sólo 25 delegadas europeas, ahí surgió la resolución de exigir el fin de la guerra, el logro de la paz sin anexiones, el reconocimiento a los pueblos de su derecho a la soberanía. El llamamiento a las mujeres socialistas de todos los países fue: “¡Guerra a la guerra!”. Luego en 1915 y 1916 el Día de las Trabajadoras fue celebrado de manera sencilla, trataron las mujeres socialistas de hacer del 8 de marzo una demostración de las trabajadoras en contra de la guerra. Es de destacar que las socialistas no recibieron pasaportes para ir a los países donde las mujeres trataron de organizar actividades al respecto. Alejandra Kollontai dijo que en 1915 sólo en Noruega pudo organizarse el Día Internacional de la Mujer.
Después de la Primera Guerra Mundial no hay información relacionada con este asunto. Sin embargo en 1917, las mujeres trabajadoras rusas, esposas de soldados y campesinos salieron a las calles, demandando: “pan para nuestros niños, retorno de nuestros esposos de las trincheras”.
Lo hicieron como reacción ante los 2 millones de soldados rusos muertos en la guerra, las mujeres rusas escogieron de nuevo el último domingo de febrero para declararse en huelga en demanda de “pan y paz”. Los dirigentes políticos criticaron la oportunidad de la huelga, pero las mujeres la hicieron de todos modos. El resto es historia: cuatro días después el Zar se vio obligado a abdicar y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto.
Ese histórico domingo fue el 23 de febrero, según el calendario juliano utilizado entonces en Rusia, o el 8 de marzo, según el calendario gregoriano utilizado en otros países. El 11 de marzo de 1923, dos mil mujeres de París hicieron un mitin reclamando el fin de las secuelas de la guerra.
Alejandra Kollontai concluye: el Día de la Mujer demostró que se podía hacer agitación y concientización entre las proletarias menos politizadas pues los mítines, las marchas, los discursos, medios de difusión empleados eran hechos suyos por las mujeres quienes organizaciones sindicales. Asimismo se reforzaba la solidaridad internacional “la cohesión internacional de la clase trabajadora se hizo más fuerte, las luchas del proletariado se hicieron más amplias.
Continúa Kollontai: “sólo con el derrocamiento del capitalismo y el establecimiento del poder soviético se puede salvar de un mundo de sufrimiento, humillaciones y desigualdad que hace la vida de las trabajadoras muy pesada. El Día de las trabajadoras se convierte en un día de lucha para entrar a un Día Internacional de lucha por la completa y absoluta liberación de las mujeres, lo que significa una lucha por la victoria… del comunismo”.
En enero de 1933 Adolfo Hitler toma el poder en Alemania, instaura la dictadura fascista contra el pueblo, las mujeres perdían sus libertades, se les redujo a las funciones más tradicionales, para el pensamiento nacional socialista, la mujer estaba llamada exclusivamente a ser madre dedicada a la familia, aunque de hecho, fue mano de obra barata y no cualificada en las fábricas y en el campo.
Expulsada de los cargos profesionales más elevados, y marginada de la educación superior, la mujer fue reducida al papel de procreadora de hijos sanos y fuertes para ofrecer a la nación nazi. La ideología hitleriana exaltó hasta el paroxismo los valores de la supremacía masculina; sometió a la mujer a la voluntad del hombre y a las exigencias del “engrandecimiento de la patria”. Los ideólogos italianos fascistas corroboraron estas teorías. Mussolini exaltó en sus discursos “la misión natural de la mujer” dirigida a la familia –como procreadora- y al hogar –como guardiana- de esta “sagrada institución”.
Hoy las feministas pensamos y queremos la salud sexual y reproductiva para todos, la atención de los miembros de la familia entre todos los integrantes de esta, la democracia en el país, en el hogar, los plenos derechos humanos.
8 de marzo en México
Nos dice Sara Lovera, periodista feminista, en 1913 hay indicios de que durante la primera y única huelga general en México, las obreras encabezaron una primera celebración, el ocho de marzo como Día Internacional de la Mujer..
Ana Victoria Jiménez y Francisca Reyes Castellanos , por su parte en el libro Sembradoras de Futuro, señalan el año 1931 en un artículo del periódico El Machete; “8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Las mujeres en el frente de lucha del proletariado. Se hablaba en él de que en todo el mundo se celebraba ya esa fecha y que debido a la incorporación de las mujeres al trabajo asalariado, éstas se habían convertido en un enorme contingente del ejército proletario.
Que en México, el porcentaje de mujeres trabajadoras era muy grande y se encontraban distribuidas en las industrias del café, del tabaco, de la alimentación, en la industria textil, en la costura, en el comercio, y “su explotación es peor aún que la del hombre: salarios más bajos, privación casi absoluta de la defensa sindical, ningún régimen de excepción para la maternidad”.
Como consecuencia de la crisis económica, por los reajustes y paros, un gran número de mujeres sufría las miserias de la desocupación; eran ellas las que más sentían la falta regular de los salarios, ya que tenían a su cargo la casa y los hijos.
Se hablaba en el artículo de que poco se había hecho por organizar a las mujeres, y que si continuaban al margen de la lucha, el proletariado no podría librar batallas definitivas por su emancipación. Planteaba que el 8 de Marzo debiera ser motivo de un intenso trabajo de organización de las mujeres, tanto por parte de los sindicatos revolucionarios como de las Locales del Partido Comunista en todo el país. Esas mujeres debían engrosar desde luego las organizaciones de lucha de los sin trabajo: los Comités de Desocupados.
Y terminaba otorgando el apoyo a la mujer trabajadora en su lucha por las siguientes reivindicaciones: por trabajo igual, igual salario. Dotación gratuita de tierra para las obreras agrícolas y campesinas pobres. Ocho semanas de descanso antes del parto y otras ocho después del parto, con pago de salario íntegro. Establecimiento de casas-cuna donde los hijos de las obreras fueran cuidadosamente atendidos durante las horas de trabajo. Ayuda efectiva para las trabajadoras desocupadas, en la misma forma que para los sin trabajo.
Para el año de 1933, con motivo de esa celebración, El Machete subrayaba la necesidad de “movilizar y organizar a las mujeres obreras, que ganaban en su mayoría de 35 a 60 centavos por 10, 12 o 14 horas de trabajo; a las obreras agrícolas, como las cortadoras de café, ganaban de 1 a 3 centavos por kilo y las escogedoras, de 8 a 15, expuestas a perder la vista; a las empleadas y maestras, campesinas e indígenas sin tierra, mujeres de los obreros, de los campesinos, soldados, etcétera, para la lucha por sus reivindicaciones inmediatas, contra la ofensiva patrona, contra la represión y contra la guerra imperialista”.
En esos años se realizó un gran número de Congresos, muchos de ellos organizados por las mujeres del PNR, por lo que en esa ocasión, el llamado para el día 8 de Marzo también se enfiló a contener “la influencia y las traiciones de los líderes reformistas y contra la propaganda demagógica de las feministas del PNR”.
El 8 de Marzo de 1934 se planteaba la movilización de “las obreras agrícolas cuyos salarios son inferiores a los de las obreras en la industria y carecen de contrato de trabajo; a las maestras rurales que tienen salarios de 50 centavos, a las maestras de primaria y empleadas que sufren el descuento permanente del 40% de sus salarios; a las campesinas e indígenas sin tierra, mujeres de obreros, campesinos, pequeños arrendatarios y comerciantes, y mujeres de soldados y policías que sufren la carestía de la vida, llamándolas a organizar a base de frente único, la lucha por reivindicaciones inmediatas”.
Se insistía sobre la necesidad de luchar contra los líderes reformistas, la orientación de las mujeres contra la ofensiva patronal y los impuestos y organizar su lucha por el salario mínimo “contra el ‘Plan Sexenal’, el PNR y sus opositores burgués-terratenientes, contra la escuela ‘socialista’ y la ‘educación sexual’ con que el gobierno trataba de engañar a las masas y desviar su descontento”; exigir escuelas para los 2 millones y medio de niños que carecían de ellas, libros para los niños de los trabajadores, a costa del presupuesto de guerra; contra la guerra imperialista y la agresión a la Unión Soviética, contra el Servicio Militar Obligatorio y la cédula de identidad que eran parte de los preparativos de guerra del gobierno burgués-feudal de México, exigiendo de éste la reanudación de relaciones con la URSS, y en el curso de estas luchas, reforzar la CSUM (Confederación Sindical Unitaria de México) y los grupos de oposición sindical revolucionaria, las Ligas Campesinas y los Centros Femeniles Revolucionarios, apoyando a la Comisión Permanente del Segundo congreso de Obreras y Campesinas, los comités de barrio por las reivindicaciones del niño, y reclutar a las más activas y abnegadas para el Partido y la Federación Juvenil Comunistas”.
En 1934, en el Distrito Federal se realizó un mitin el que concurrieron más de 200 personas. Las oradoras fueron: una por la Comisión Permanente del II Congreso de Obreras y Campesinas; una por la Federación de Madres de Familia y otra por la Confederación de Organizaciones Magisteriales; también participaron: la Unión Sindicalista de Profesores del DF, el Sindicato Unitario del Vestido, la Federación de obreros pro Trabajo; un orador por el Bloque Obrero y Campesino y una oradora por el Socorro Rojo Internacional y por la CSUM. Se interpretaron canciones proletarias y al terminar todas las personas cantaron la Internacional.
En ese acto del DF, se logró que el mitin fuera de Frente Único y que participaran en él organizaciones de diferentes ideologías.
Se reportaba en el mismo periódico que en Tapachula, Chiapas al mitin acudieron 200 trabajadores, de los cuales 179 fueron mujeres. También hubo cuatro oradores, pero todos los discursos los leyeron varones, la nota comentaba la importancia de que para el siguiente evento se hicieran esfuerzos por preparar a una o dos mujeres para que intervinieran. Al final hubo canciones proletarias. El “mitin fue sumamente combativo y animado, con el importante hecho de que de él surgió un Comité de Frente Único para continuar la lucha por las demandas de las obreras y trabajadoras de la región”.
Finalmente, se hacía el comentario de que la calidad de los actos del 8 de Marzo del año 1934 respecto a los anteriores años había mejorado.
Recordamos a las pensadoras socialistas, Clara Zetkin, Alexandra Kollontai, Rosa Luxemburgo, quienes lucharon dentro de las filas del movimiento obrero para transformar a una sociedad que permitía, entre otras opresiones y explotaciones, la de la mujer. Consideraban que las mujeres tenían causa común y diferente con sus camaradas. Se enfrentaron, como todas las comunistas, a las reticencias de los hombres de izquierda, el propio Lenin llamó la atención más de una vez a Clara Zetkin temiendo que las ideas feministas, para los reformistas y burgueses, hubieran contaminado su espíritu revolucionario.
Alexandra Kollontai también tuvo que matizar, con los años, sus primeras ideas sobre la abolición de la familia, la práctica del amor libre y la asunción de la maternidad como un hecho colectivo. El divorcio entre feministas y socialismo se hizo cada vez más patente.
Durante muchos años, las feministas adoptaron un camino reformista y las socialistas se alejaron del feminismo, pensando que era un producto típico de mujeres intelectuales de la clase media. Sólo el feminismo más reciente ha batallado en el terreno de las ideas para encontrar la síntesis entre la lucha de clases y la de la liberación de la mujer.
Hoy el feminismo es una revolución mundial que no estalla, sucede en la vida cotidiana de millones de habitantes en el mundo.
Desde 1923 existían dos organizaciones femeniles: El Consejo Feminista dirigido por Elena Torres y Refugio García (comunistas) y la Unión de Mujeres Americanas (UMA) Sección mexicana de la Liga Panamericana (sufragistas) dirigido por Margarita Robles Mendoza.
Elena Torres y Refugio García, ambas fundadoras del Partido Comunista de México, planteaban: “es necesario un organismo especial para tratar los asuntos de las mujeres y dentro de la gran corriente de todos los problemas hay que meter en un apartado los problemas de la mujer”.
Las mujeres de izquierda continúan la conmemoración del 8 de marzo. El grupo donde destacan Matilde Rodríguez Cabo (esposa de Francisco Múgica –gran revolucionario, constitucionalista y asesor del presidente Lázaro Cárdenas-). Elena Vázquez Gómez, Concha Michel, Aurora Reyes, Elena Torres y desde luego Cuca García organizan congresos en los estados del país para discutir y analizar las disposiciones relacionadas con la condición femenina en los códigos Penal (1929) y civil (1931) y la legislación laboral y educativa ante el temor de las mujeres.
Variadas organizaciones femeninas surgieron en los 30s compartiendo la concepción de la liberación de la mujer, sin embargo se fueron perfilando dos grandes corrientes: la de centro-derecha con el Partido Nacional Revolucionario (PNR) después del 30 de marzo de 1938, Partido Revolucionario de México (PRM), y las de izquierda como el Instituto Revolucionario Femenino creado en julio de 1937 por Concha Michel, Sara y Virginia Godínez y Aurora Reyes.
Los hombres de izquierda consideraban a los movimientos feministas como de orden burgués, distractor de las causas de la lucha proletaria; en tanto los de centroderecha mantenían las ideas patriarcales de la familia tradicional. Las mujeres, planteó Concha Michel, consideramos que el problema de la mujer no era sólo de clase; con la clase trabajadora, las mujeres tenemos causa común y causa diferente.
En los 40s las mujeres no pudieron hacer gran cosa por las demandas feministas, no obstante seguían considerando el 8 de marzo los grupos de mujeres de izquierda para hacer patentes sus demandas.
El Frente único Pro Derechos de la Mujer desapareció de la escena por las pugnas entre el Partido Comunista Mexicano y el PNR, la falta de apoyo del gobierno; algo similar a lo ocurrido con el Frente Nacional Liberación de la Mujer de los 80s en el México del PRI, el control totalitario (presidencial) del Ejecutivo pues quienes osaron retar ese modelo autoritario, excluyente y unívoco pagaron con su libertad o con su vida. El gobierno diseñó políticas para controlar y mimetizar a las organizaciones de mujeres. No obstante, las de izquierda continuaron con el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer.
Se han celebrado cinco conferencias mundiales de la mujer de la ONU, 1975 Año Internacional de la Mujer en la Ciudad de México, 1980 Copenhague, Dinamarca Media Década de la Mujer y el Desarrollo, 1985 Nairobi, Kenya Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer, 1995 Pekín, China donde surge la Plataforma de Acción para la Mujer. Dicha Plataforma es la guía retomada en la sede de la ONU en 2015 dentro de la 5ª Conferencia Mundial celebrada en Nueva York, Estados Unidos.
Es la Organización de Naciones Unidas quien establece el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer para todos los países del mundo.
El Día Internacional de la Mujer ha adquirido una nueva dimensión mundial para las mujeres de los países desarrollados y en desarrollo. El creciente movimiento internacional de la mujer, reforzado por la Naciones Unidas mediante cinco conferencias mundiales sobre la mujer, ha contribuido a que la conmemoración sea un punto de convergencia de las actividades coordinadas a favor de los derechos de la mujer y su participación en la vida política y económica.
El Día Internacional de la Mujer es cada vez más una ocasión para reflexionar sobre los avances conseguidos, exigir cambios y celebrar los actos de valor y decisión de mujeres comunes que han desempeñado una función extraordinaria en la historia de los derechos de la mujer.
Se convocó un Paro Mundial de Mujeres para el 8 de marzo de 2017.Millones de mujeres marcharán por sus derechos y la no violencia por las calles de todos los continentes del planeta azul.
Doctora. La socióloga, mantuvo la clase de estudios de la mujer en Ciencias Políticas. Militante, feminista, Egresada del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM. Autora de siete libros: Introducción al estudio de los problemas sociales en México, Naturaleza y funciones del servicio social voluntario, Técnicas elementales del servicio social, Sociología del cine, Principios de organización y evaluación de programas de trabajo, Guía metodológica para elaborar diseños de investigación social y Sociología de Género. Así como de un sinnúmero de artículos y capítulos de libros.
BIBLIOHEMEROGRAFÍA
De Dios Vallejo, Delia Selene. Sociología de género. UNMMAC-UNAM FEMU.
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14 http://www.un.org/es/events/women/iwd/2010/history.shtml Op. cit.
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AM.MX/FM