LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- Las escenas de sexo en el cine pueden generar todo tipo de opiniones entre las estrellas de Hollywood. Como bien ejemplificó Henry Cavill, hay quien considera estos instantes como algo fuera de lugar, mientras otros se prestan encantados a aumentar la temperatura de las películas con secuencias subidas de tono. Sin embargo, seguro que pocos tienen una visión tan peculiar como Sandra Bullock, cuya norma para protagonizar una toma sexual en pantalla responde a un criterio bastante extravagante.
Habló de ello al abordar películas como La propuesta, la comedia de 2005 que protagonizó junto a Ryan Reynolds. En esta cinta, que nos presentaba a una editora neoyorquina que finge un compromiso con su ayudante para evitar la deportación, interpretaron una escena sexual que dio mucho que hablar. Cuando sus personajes salían de la ducha, un tropiezo les hace caer desnudos el uno sobre el otro, un instante tan insinuador como desternillante por la relación peliaguda de los protagonistas en la trama.
Fue tal la repercusión de la escena que años después todavía siguen preguntando a Bullock por ella, como ocurrió en el podcast About Last Night en 2021. En la entrevista, la actriz explicó que su buen funcionamiento se debió a su buena relación con Reynolds, a quien conoce desde que era pequeña. El mirar a los recuerdos del pasado, a cuando eran preescolares, les facilitó hacer comedia y sacar oro de un instante tan tonto como un resbalón. No obstante, también entró en juego otro factor, que es justo el que Bullock usa para valorar si rodar escenas de sexo o no.
Según la actriz, solo se presta a grabar desnuda si está ante secuencias cómicas que pongan a su personaje en una situación comprometida, que le hagan perder el sentido del ridículo, con las que sienta que está disfrutando y pueda ofrecer al público escenas memorables como la de La propuesta. De otra forma, cree que exhibirse en pantalla para lucir su cuerpo es algo muy superficial que no va con ella, por lo que reniega de ello y pone como condición que toda escena sexual que protagonice tiene que ser cómica.
“Pensé: ‘Haré esta escena de desnudo sólo si puedo ser humillada de forma divertida’. “No me verás intentando ser sexy desnuda, ni en la vida real ni en la pantalla”, destacaba Bullock para el podcast, donde detalló lo mucho que disfrutaron ella y Reynolds rodando este material, como cuando a su compañero se le cayó el material que tapaba sus partes íntimas. “Escuché a la directora Anne Fletcher desde la oscuridad decir: ‘¡Ryan, podemos ver tu saco de pelotas!’ Yo decía, ‘¡Oh Dios!’, porque quería mirar hacia abajo, pero en verdad estaba como: ‘No mires hacia abajo’. No mires hacia abajo’”.
Bullock también habló del tema en 2009, cuando promocionó La propuesta en el programa británico GMTV. En esta ocasión, destacó que a nivel profesional le resulta más lucrativo abordar el sexo desde esta perspectiva, puesto que considera el concepto de la broma sexual más atractivo para el público. “Si estás desnudo y tratas de ser sexy, en realidad no ganas tanto dinero como si estás desnudo y eres divertido”, destacaba con el ejemplo de actores como Will Ferrell. ¿Has notado cómo se baja los pantalones en cada película? Voy a hacer eso de ahora en adelante. Película de acción, ¡todo desnudo!”.
Esta norma la viene aplicando desde los comienzos de su carrera. Sylvester Stallone, que trabajó con Bullock en el thriller distópico de ciencia-ficción El demoledor, habló de ello en una entrevista con Entertainment Tonight en 1993, contando entre risas que no dio crédito al humor con el que Bullock abordó un instante sexual en este clásico. “Ella apareció e hizo lo que considero el ritual sexual más ridículo que he visto en mi vida”, bromeaba.
En la secuencia en cuestión, el personaje de Stallone pide al de Bullock tener sexo a la antigua usanza, puesto que en el universo del film el acto sexual se transmite mentalmente con máquinas. Al enseñar la visión de sus cabezas, se veía a la actriz recrear de un modo surrealista y extrañamente cómico diferentes poses desnudas, que lo dejaba descolocado.
Sin duda, esta norma que sigue Bullock es curiosa, pero no se puede negar que, en un ámbito en el que cualquier desliz y desentendimiento puede ser incómodo, tiene todo el sentido del mundo. Además, como bien demuestran estos ejemplos u otras de sus películas recientes como La ciudad perdida (donde comparte un gag cómico con un Channing Tatum completamente desnudo) siempre le ha salido a pedir de boca, ha vivido momentos de lo más divertidos en rodajes y nos ha dejado escenas para el recuerdo.
AM.MX/fm