CIUDAD DE MÉXICO.- El sector agroalimentario tiene un impacto significativo en la biodiversidad. De acuerdo con IPBES, una Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas, el principal contribuyente a la pérdida de biodiversidad está relacionado con la producción y el consumo de alimentos, lo que explica casi el 50% de la disminución global de la naturaleza.
Probablemente esta sea la razón por la que gran parte del debate en la última COP 15 se centró en el sector agrícola y alimentario y derivó en 23 metas claras para proteger la biodiversidad a lograrse para el 2030.
A la fecha, la industria alimentaria sigue siendo insostenible y probablemente seguirá siéndolo en el futuro inmediato. Las tendencias demográficas y las preferencias cambiantes de los consumidores presentan retos cada vez más difíciles para revertir la huella de la industria en materia de biodiversidad. La demanda de alimentos seguirá creciendo a medida que aumente la población mundial.
Además, el cambio en las preferencias de los consumidores para incluir una mayor proporción de proteína animal puede generar una mayor huella ambiental.
A pesar de este panorama global, podemos ver diversos enfoques tangibles para que los inversionistas preserven la biodiversidad a través de la transformación del sector agroalimentario, ayudados también por el desarrollo de métricas innovadoras de biodiversidad.
Un enfoque es invertir en innovación y desarrollo de nuevas tecnologías para mejorar la huella ambiental de la producción de bienes. Por ahora, aquí es donde los inversionistas parecen estar dirigiendo su preferencia hacia inversiones relacionadas con la biodiversidad.
Este tipo de solución de “impacto” (es decir, inversión en empresas con impacto positivo en la biodiversidad), con frecuencia resulta en inversiones en empresas medianas, o incluso en start-ups que desarrollan tecnologías prometedoras con un impacto mínimo en la actualidad.
Si bien esto es sin duda parte de la solución para abordar la pérdida de biodiversidad, depende en gran medida de la aceptación del mercado, hábitos de consumo y precios, pero no logra abordar de manera eficiente el deterioro de la biodiversidad a corto plazo. Para abordar el aquí y el ahora, creemos que parte de la solución debe provenir de incentivar a las grandes empresas a convertirse en impulsoras de la transición hacia una industria más sostenible.
Es por ello que nos concentramos en los más de 250 grandes capitales que cotizan en bolsa y tienen participación activa en el sector agrícola y alimentario en el mundo, aplicando un enfoque cuantitativo sistemático que deriva en una lista concentrada y fija de 50 acciones. A diferencia de empresas recientes más confidenciales, estas empresas ya contribuyen a alimentar a la creciente población mundial a la vez que tienen un impacto enorme en la biodiversidad.
La inversión responsable juega un papel fundamental a la hora de orientar el comportamiento de las empresas, y por tanto del mundo, hacia una forma más responsable de hacer negocios. Sin embargo, una selección descendente para abordar la pérdida de biodiversidad no es suficiente para guiar los comportamientos de las empresas hacia formas más responsables de hacer negocios. Es aquí donde entran en juego el voto y la participación.
Para nosotros, esto implica colaborar con expertos líderes en los riesgos ASG de la producción alimentaria mediante iniciativas que consideran el impacto de los productos proteicos en los portafolios, un programa de compromiso con el sector alimentario para promover alimentos saludables e instar a las empresas a asumir su papel en el fomento de la salud a través de su oferta, así como la coordinación un programa de participación en buenas prácticas relacionadas con la biodiversidad.
Las nuevas técnicas para medir el impacto también son importantes y nos han ayudado a ser pioneros en la integración de la biodiversidad a los portafolios de los inversionistas y en responsabilizar a las empresas.
Hasta hace poco, las herramientas y métricas utilizadas para medir la pérdida de biodiversidad eran incompletas e incompatibles con el enfoque tradicional de los inversionistas para evaluar el desempeño esperado de una empresa o un portafolio, y no podían utilizarse para controles extra financieros.
En consecuencia, el sector financiero había invertido principalmente en biodiversidad a través de proyectos donde podía evaluar los resultados de la biodiversidad relacionados con ecosistemas locales, o mediante un enfoque temático dirigido a empresas que ofrecían productos o servicios destinados a detener o incluso revertir la pérdida de biodiversidad.
Sin embargo, hemos visto nuevos avances en mediciones innovadoras de la biodiversidad que nos han brindado las herramientas para medir la abundancia de especies, la interacción entre ecosistemas y sus beneficios. En particular, el mundo académico ha podido desarrollar indicadores físicos y cuantitativos sólidos que pueden medir la riqueza de especies en un ecosistema.
Una métrica basada en la ciencia compara la abundancia real de especies nativas en un ecosistema determinado con su abundancia estimada si ese mismo ecosistema estuviera en un estado intacto. Esta relación, denominada Abundancia Media de las Especies (MSA), varía de 0 a 1, donde 1 indica que la diversidad de especies está intacta, mientras que 0, al contrario, implica que todas las especies nativas están extintas.
Además, la academia ha desarrollado marcos de referencia que modelan eficazmente un espacio operativo seguro para que la humanidad funcione dentro de los sistemas de la Tierra, como los límites planetarios. Este concepto, desarrollado por el Centro de Resiliencia de Estocolmo, ha establecido la integridad de la biósfera (que considera la pérdida y la extinción) como un límite planetario crucial para el funcionamiento de los sistemas de la Tierra.
La conjunción de los limites planetarios con la MSA proporciona a los inversionistas un objetivo científicamente establecido para monitorear la trayectoria de las inversiones, desde proyectos a portafolios, en línea con una biósfera sana y en funciones.
Sin embargo, como hasta ahora contamos con metas claras para proteger, la biodiversidad, el sector financiero debe abordar el reto crucial de la disponibilidad de datos de las empresas acerca de su impacto en la biodiversidad.
Si bien vemos un indudable aumento en la concientización global en torno a la necesidad de preservar la biodiversidad, se requiere que más empresas reporten sus datos relacionados a la biodiversidad para que los inversionistas puedan integrar dicha información a sus procesos de toma de decisiones.
Además, también se requiere la creación de una meta con base científica y aceptada globalmente para combatir la pérdida de biodiversidad y contribuir a brindar un marco de referencia alineado para la operación de los inversionistas.
AM.MX/fm