Ciudad de México.- Este domingo, la Ciudad de México celebró la clausura de dos eventos emblemáticos que resonaron en el corazón cultural de la capital: la exhibición de la réplica de la Pirámide de Kukulcán y la X Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios 2024. Ambos eventos, que se llevaron a cabo en el Zócalo, no solo rindieron homenaje a la rica herencia cultural del país, sino que también lograron captar la atención de más de 1.6 millones de visitantes desde su inauguración el pasado 12 de julio.
La imponente réplica de 15 metros de altura de la Pirámide de Kukulcán, conocida como “El Castillo” en Chichén Itzá, fue la pieza central del espectáculo audiovisual El pueblo maya y Felipe Carrillo Puerto. Memoria luminosa II, que junto con una presentación de danza a cargo de La Infinita Compañía, atrajo a 980 mil asistentes en tan solo los primeros diez días de exhibición. Originalmente programada para concluir el 21 de julio, la exposición extendió su permanencia hasta el 18 de agosto debido al éxito arrollador que tuvo entre el público.
Simultáneamente, la X Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México 2024 también concluyó, luego de reunir durante 17 días a más de 1,500 expositores y 76 elencos en torno al lema “La tierra es la madre de todos los pueblos”. Este evento, impulsado por el Gobierno de la Ciudad de México, ofreció a los visitantes una inmersión en la diversidad cultural a través de una rica muestra de gastronomía, artesanías, música en lenguas indígenas, danzas tradicionales y saberes ancestrales.
El encargado de despacho de la Secretaría de Cultura, Argel Gómez Concheiro, fue el encargado de cerrar oficialmente la feria, agradeciendo la participación de todos los involucrados. “Quiero agradecer la participación de todos los expositores de la X Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México y a todos los elencos artísticos que se presentaron estos 17 días en la plaza principal de nuestro país. También quiero agradecer al comité organizador, a compañeras y compañeros que han participado en la magnífica organización de esta fiesta. Creo que después de vivir esta experiencia deseamos larga vida a la Fiesta de las Culturas Indígenas, larga vida a los pueblos originarios de nuestra ciudad y larguísima vida y el florecimiento de nuestras culturas originarias”, expresó con entusiasmo.
En la clausura también se destacó el trabajo de los artesanos, como Ichtli Maori del barrio de Aragón, Gustavo A. Madero, quien subrayó la importancia de preservar la riqueza musical de los antiguos pobladores a través de la fabricación de instrumentos de viento prehispánicos. “Nosotros ya llevamos alrededor de 15 años realizando instrumentos de la antigüedad. Somos constructores y desde unos cinco años los instrumentos han servido como terapia auditiva para sonoterapia y musicoterapia, pero también son instrumentos que tocaban los antiguos en sus danzas, en sus ritos, en sus poemas. Estaba en todos lados la música y es lo que traemos un poco a esta feria”, comentó.
La clausura contó también con la presencia de Jesús Galindo, director general del Instituto por la Defensa de los Derechos Culturales, y Gustavo Torres, coordinador general del Patrimonio Cultural del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, quienes acompañaron a las y los asistentes en la despedida de este evento que, sin duda, dejó una huella imborrable en la Ciudad de México.
EDT.MX/CV