CIUDAD DE MÉXICO, 17 de diciembre, (EDT).— Roma finalmente llegó a la plataforma de Netflix el viernes pasado y por fin se nos hizo ver una de las pelis más esperadas por los mexicanos.
La verdad es que una de las cosas que más me interesaban como espectador era ver cómo es que Alfonso Cuarón recordaba a la colonia Roma de la Ciudad de México de los años 70. El viernes pasado, los mexicanos pudimos recordar a una CDMX en blanco y negro, con un Teatro Metropolitan y un Hospital Siglo XXI que parecieran haber regresado en el tiempo.
Pero no solo la fotografía de Cuarón nos hizo reconocer nuestra Ciudad de México, con las típicas antenas de señal de televisión en las azoteas, siempre junto a los tinacos de cemento, sino que también nuestros oídos la reconocieron: el trinar de los pájaros, el silbato del carrito de camotes, el afilador. ¿Los reconocieron?
El responsable de recrear los sonidos de la capital mexicana en la pantalla grande fue Sergio Díaz, el editor y diseñador de sonido de ROMA, quien en entrevista para CinePremier, relató cómo fue el proceso de grabación de los sonidos que Alfonso Cuarón recordaba.
Captar los sonidos
Sergio Díaz se dio a la tarea de capturar los sonidos de la Ciudad de México, pero para hacerlo lo más limpiamente posible esperó un 25 de diciembre, para evitar tanto ruido del tráfico y de las fábricas de la ciudad, pues necesitaba tener todos los sonidos por separado.
Hubo cuatro equipos grabando desde las 6 de la mañana hasta las 9 de la noche. De esta manera lograron captar los sonidos de la capital chilanga y lograr un ambiente de la colonia Roma de los años 70. En esa época los sonidos eran diferentes, porque no había tantos autos ni tanta gente,;en cambio, había más aves y más árboles.
La grabación del sonido para la película Roma de Cuarón fue un trabajo que duró 22 meses.
Los sonidos más complicados de la memoria de Cuarón
Los gorriones: Para captar el trinar de los gorriones, Sergio Díaz tuvo que trasladarse a Satélite donde encontraron un árbol lleno de gorriones. Estas aves son difíciles de encontrar en la colonia Roma de hoy en día. Además les fue posible grabar después de la lluvia cuando los gorriones se van uniendo de a poco al trinar en conjunto. Este efecto hubiera sido casi imposible de lograr si se hubiera intentado hacer artificialmente.
La escalera de fierro de la casa: Fue un trabajo muy interesante recrear la idea de fragilidad que Cuarón tenía de esa escalera por la que Cleo subía a la azotea de la casa.
El perro de Cuarón: Igualar el ladrido del perro del director tal y como él lo recordaba, fue resultado de mezclar el sonido de tres perros.
Cuando sale Cleo del cine: Recrear la cacofonía de esa escena fue complicado, pues fue necesario manipular por separado las voces de los vendedores, el sonido de los autos, el globero, el policía y el viene-viene.
El Halconazo: Para grabar el sonido de esta secuencia, hubo que realizar las tomas durante la grabación de la escena, el sonido de más de mil personas marchando, gritando consignas y porras de la UNAM, del Poli y de la Universidad de Nuevo León. También se grabaron los sonidos en la escena dentro de la mueblería. Pero también fue necesario que cada uno de los artistas que participaron en dicha escena asistiera al estudio para grabar sus diálogos por separado.
El sismo: Se capturaron los sonidos de la caída del cemento, las persianas chocando entre sí, la vibración del metal, la gente corriendo, el sonido de la gente en el piso de arriba.
El resultado
El final de la película se transforma en una armonía de sonidos chilangos que se tienen que dar el tiempo para disfrutar, porque definitivamente los sonidos encierran recuerdos de la historia de nuestra capital y de la historia de cada uno de los chilangos. ¡Roma nos invita a cerrar los ojos y escuchar a la Ciudad de México!
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EDT/TIV