CIUDAD DE MÉXICO.- En la última década, Amazon se convirtió en la plataforma dominante para publicar y descubrir libros. Pero hoy enfrenta una crisis de reputación: un tsunami de títulos generados por inteligencia artificial está inundando su catálogo, plagando biografías deportivas, manuales médicos, guías de salud y más. Lo que era una puerta para autores emergentes ahora parece un campo minado, donde los libros falsos proliferan y los lectores pierden.
Un reciente informe de The Decoder apunta que los libros generados por IA siguen escapándose de los filtros de Amazon, incluso después de que la plataforma imponga límites como “tres obras por día” en autopublicaciones y requiera que los autores revelen si emplearon IA.
Esas restricciones, sin embargo, no informan al comprador, que a menudo ve imitaciones de expertos reales —como el caso de un libro falso con el nombre del financiero Zeke Topol— valiéndose de su reputación para ganar credibilidad. Estas prácticas, además de engañosas, representan un riesgo sistémico.
Entre quienes se beneficiaron de esta situación está un joven empresario que asegura haber vendido 1.500 títulos generados por IA a través de Amazon, alcanzando ingresos de 3 millones de dólares. Según explica en redes, su estrategia pasaba por publicar títulos instructivos —no necesariamente útiles—, aprovechando que producir libros con IA cuesta solo unos pocos dólares. El objetivo no era entretener o enseñar, sino inundar el mercado lo más rápido posible.
Los expertos alertan que esta práctica no solo es una molesta competencia desleal, también puede ser peligrosa: manuales médicos fraudulentos, especialmente libros sobre salud mental o nutrición, no cuentan con ninguna validación profesional.
En una vuelta de tuerca casi satírica, editores deportivos emitieron una advertencia oficial tras detectar centenares de “autobiografías” falsas de deportistas que compilaban datos, logros y anécdotas sin autorización. El tono es sospechoso y el contenido, automatizado; sin embargo, estos títulos se venden como historias reales, confundiendo al público.
El caso de Rie Qudan que hablamos anteriormente y el caso de Amazon ilustran dos caras opuestas del uso de la inteligencia artificial en la literatura. Mientras Qudan integra la IA de forma consciente y transparente como herramienta creativa, el uso masivo y deshonesto de IA en Amazon revela cómo el mismo recurso puede vaciar de sentido al acto de escribir cuando se emplea sin ética ni intención artística. La diferencia no está en la herramienta, sino en el propósito.
AM.MX/fm