Francisco Medina
CIUDAD DE MÉXICO, 16 de julio (EDT).— 104 años después de que Julio Verne escribiera su obra De la Tierra a la Luna y 67 años después de que George Méliès dirigiera la película basándose en la novela del mismo nombre, el 16 de julio de 1969 el hombre lograba conquistar el espacio y pisar por primera vez la superficie de la Luna.
Lo que parecía ser un sueño de Julio Verne se volvía realidad. Se trataba de la quinta misión tripulada del Programa Apolo y la primera que planeaba posarse en la Luna.
Una historia de ficción o una profecía
De la Tierra a la Luna (título original: De la Terre à la Lune Trajet direct en 97 heures) es una novela «científica» y «satírica» del escritor Julio Verne, publicada en el “Journal des débats politiques et littéraires” desde el 14 de septiembre hasta el 14 de octubre de 1865, y como un solo volumen el 25 de octubre de ese mismo año. El 16 de septiembre de 1872 se presentaría una edición doble con “Alrededor de la Luna” (“Autour de la Lune”), su continuación, que habría aparecido en 1870 de manera seriada.
Tanto esta novela como Alrededor de la Luna sorprenden por el número de anticipaciones que presenta Julio Verne como el lugar del lanzamiento del proyectil, muy cercano al Cabo Cañaveral, lugar de lanzamiento de la NASA hoy en día.
Publicada en 1865, esta novela del escritor francés Julio Verne alcanzó tal popularidad que el autor no dudó en completarla con su continuación, titulada Alrededor de la Luna (1870). De hecho ambas forman, por el desarrollo del argumento, una novela en dos partes: De la Tierra a la Luna describe los preparativos del viaje espacial, y Alrededor de la Luna relata el viaje propiamente dicho. La acción se sitúa al final de la guerra de Secesión de América. El Gun-Club, un círculo de artilleros de Baltimore, concibe el proyecto de enviar a la Luna un enorme proyectil de aluminio disparado por un formidable cañón de novecientos pies de longitud.
Ilustración de la nave-proyectil empleada en el viaje (edición de 1872)
Cuando ya empezaba a materializarse el proyecto, el francés Michel Arden, un tipo “mejor elaborado que fundido”, que todo lo veía en grande excepto “a los hombres y las dificultades”, se presentó con una propuesta sorprendente: viajar a la Luna en el proyectil, que fue entonces rediseñado para acoger pasajeros en su seno. Impey Barbicane (presidente del Gun-Club) y el capitán Nichols deciden acompañarle, pese al convencimiento de este último de que la empresa no puede triunfar. Según los cálculos, de ser lanzado en el día y hora prevista (el primero de diciembre a las once menos trece minutos), el proyectil llegaría a la Luna cuatro días después de su partida.
Preparado con todos los adelantos científicos y con las comodidades de un coche-cama, el proyectil es lanzado en presencia de numeroso público. Durante cuatro días, los tres atrevidos pasajeros ven recompensado su valor con la experiencia de un cómodo y singularísimo viaje, interrumpido sólo por acontecimientos extraordinarios, como la ceremonia en la que, suspendidos en medio del aire por hallarse ya fuera del influjo de la gravitación terrestre, brindan con botellas y vasos igualmente suspendidos para festejar el paso de la atmósfera de la Tierra a la de la Luna.
La trayectoria del proyectil sufre una desviación imprevista, pero llega lo suficientemente cerca de la Luna como para ser atraído por su gravedad y rodearla como si fuese un satélite, ofreciendo así a los viajeros la ocasión de verla y describirla sin caer en ella. Tras rodear la Luna siguiendo una órbita elíptica, logran escapar de su gravedad accionando los cohetes que iban a servir para el alunizaje; la nave regresa a la Tierra y cae en el Pacífico.
Allí son recogidos por la corbeta Susquehann, que había partido para su rescate. En ella viajan el director del observatorio de Cambridge, Belfost, y el secretario del Gun-Club, Maston, que habían seguido el viaje interplanetario con un enorme telescopio colocado en Longs Peak, en las Montañas Rocosas. Tanto esta novela como su continuación están animadas, más que otras producciones de Verne, por el vívido carácter de sus personajes y por un humorismo fácil pero agradable, que pone un sentido de verdad en la por aquel entonces increíble aventura.
El 1902, en los inicios del cine, Georges Méliès dirigió una película basándose en la novela de Julio Verne, conservando parte del estilo satírico que Verne había impreso en su obra. Además, Méliès adornó el metraje con su propia visión de Los primeros hombres en la Luna, de H.G. Wells. Sin duda, la imagen de la Luna con el cohete en el ojo es uno de los iconos más conocidos del mundo del cine.
La gran realidad
El 16 de julio de 1969 a las 13:32 horas, el lanzador más potente jamás construido, un Saturno V, salió del LC39-A en el Kennedy Space Center de Florida. La misión, poner a dos astronautas en la superficie lunar tal como el presidente John F. Kennedy había urgido al Congreso en 1961 había iniciado.
El cohete Saturno 5 y sus tres tripulantes, Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin Aldrin, dejaron la Tierra acompañados por un ensordecedor sonido y una gigantesca llama roja. Los cinco motores del vehículo espacial en conjunto alcanzaron una velocidad de 40 mil kilómetros por hora, impulso necesario para vencer la fuerza de gravedad.
El Saturno 5 impulsó la nave a 160 metros de altura, colocándola en la órbita del planeta, y desechando luego las tres etapas del cohete en la medida que cada una agotaba su combustible de oxígeno e hidrógeno líquidos. El lanzamiento del Saturno 5 no revistió ningún problema.
En Cabo Kennedy, ex Cabo Cañaveral, el mar de turistas se retiraba (se dice que fue más de un millón de automóviles que crearon uno de los tacos más grandes de la historia) y los medios de comunicación trabajaban frenéticamente tratando de relatar lo sucedido.
El día presentaba las condiciones climáticas características de la zona: caluroso, húmedo y algo nublado. La nave entró en órbita a una altura de 185 kilómetros sobre la superficie terrestre cuando la cosmonave madre alcanzaba una velocidad de 27.300 kilómetros por hora.
La nave espacial permaneció volando en torno a la Tierra hasta las 13:16 hrs. La Apolo 11 hizo funcionar el cohete de la tercera etapa. En ese instante aumentó la velocidad, a casi al doble de la que llevaba, para iniciar el viaje de 400 mil kilómetros, aproximadamente a la Luna. El objetivo era salir de la gravedad terrestre.
Con impecable precisión los astronautas iban directo a la Luna. Cuando habían transcurrido 21 horas desde que dejaron la plataforma de despegue ya habían recorrido 170.000 km. La velocidad era de 7.100 kilómetros por hora.
Un día después del lanzamiento, con una tripulación mucha más relajada y bromista, la misión cruzó el punto medio del viaje. La velocidad promedio era casi de 5.800 kilómetros por hora. El motor principal de la Apolo 11 se encendió por espacio de tres segundos y se colocaron en un trayecto más preciso hacia la Luna.
A bordo de la nave espacial viajaban los astronautas Neil A. Armstrong, como comandante; Michael Collins, piloto del módulo de comando; y Edwin E. Aldrin Jr., piloto del módulo lunar.
Los objetivos adicionales de vuelo incluyen la exploración científica por el módulo lunar, o LM, equipo; despliegue de una cámara de televisión para transmitir señales a la Tierra; y el despliegue de un experimento de la composición del viento solar, paquete del experimento sísmico y una Retroreflector Ranging Laser.
Durante la exploración, los dos astronautas debían recoger muestras de los materiales de la superficie lunar para el regreso a la Tierra. También fueron a fotografiar extensivamente el terreno lunar, el equipo científico desplegado, la nave espacial LM, y unos a otros, tanto con cámaras fotográficas y cinematográficas.
Este iba a ser la última misión Apolo para volar una trayectoria “sin retorno”, que permitiría, si fuera necesario, una lista de aborto de la misión cuando el comando combinado y el módulo de servicio / módulo lunar, o CSM / LM, preparados para la inserción en órbita lunar. La trayectoria se produciría por el disparo del subsistema de propulsión servicio, o MSF, motor de manera que sólo circule detrás de la luna y emerger en una trayectoria de retorno trans-Tierra.
Apollo 11 lanzado desde Cabo Kennedy el 16 de julio de 1969, llevando el comandante Neil Armstrong, comandos del módulo piloto Michael Collins y Edwin del piloto del módulo lunar “Buzz” Aldrin en una órbita terrestre inicial de 114 por 116 kilómetros.
Se estima que unos 530 millones de personas vieron por televisión la imagen de Armstrong y oyeron su voz describe el acontecimiento como él tomó “… un pequeño paso para un hombre, un salto gigantesco para la humanidad” el 20 de julio de 1969.
Dos horas, 44 minutos y las revoluciones de uno y medio después de su lanzamiento, la etapa S-IVB reavivó una quemadura de segundo de cinco minutos, 48 segundos, la colocación de Apolo 11 en órbita translunar. El módulo de mando y servicio, o CSM, Columbia separados de la etapa, que incluye el adaptador y la nave lunar módulo o SLA, que contiene el módulo lunar, o LM, Águila. Después de la transposición y el lanzamiento de los paneles de SLA en la etapa S-IVB, el CSM atracado al LM. La etapa S-IVB separa y se colocan en órbita heliocéntrica cuatro horas 40 minutos en el vuelo.
La primera transmisión de televisión en color a la Tierra desde el Apolo 11 se produjo durante la costa translunar del CSM / LM. Más tarde, el 17 de julio, se hizo una de tres segundos de grabación del SPS para realizar la segunda de las cuatro correcciones a medio camino programadas para el vuelo. El lanzamiento había sido tan exitoso que los otros tres no eran necesarios.
El 18 de julio, Armstrong y Aldrin se ponen sus trajes espaciales y subieron por el túnel de conexión de Columbia a Águila de revisar la LM, y para hacer que la segunda transmisión de TV.
El 19 de julio el Centro Espacial de Houston anunció que la misión Apolo entró en la fuerza gravitacional de la Luna, cobrando aún mayor velocidad. Los astronautas durmieron tranquilos, no presentando problemas de ningún tipo. Se encontraban a unos 15.000 mil kilómetros del objetivo.
Después de Apolo 11 había volado detrás de la luna fuera de contacto con la Tierra, llegó la primera maniobra de inserción en órbita lunar. Aproximadamente a 75 horas, en el vuelo de 50 minutos, un disparo retrógrada del SPS de 357,5 segundos colocan a la nave en una órbita inicial, elíptica lunar del 69 por 190 millas.
Más tarde, una segunda quemadura del SPS de 17 segundos puso a los vehículos atracados en una órbita lunar de 62 por 70,5 millas, que se calculó para cambiar la órbita de la CSM pilotado por Collins. El cambio ocurrió a causa de las perturbaciones lunar por gravedad a las nominales 69 millas requeridas para el encuentro y acoplamiento posterior LM después de completar el aterrizaje lunar. Antes de esta segunda cocción de MSF, se hizo otra transmisión de televisión, esta vez desde la superficie de la luna.
Todo estaba preparado para la gran misión.
Video sugerido:
https://www.youtube.com/watch?v=9wvAp202AIw
Continúa leyendo:
EDT/fm