CIUDAD DE MÉXICO.- El teatro en México vive un momento de constante renovación. Aunque compite con la fuerza del cine y las plataformas digitales, sigue siendo un espacio donde la experiencia en vivo marca la diferencia. En las últimas décadas, varios espectáculos han logrado lo que parecía imposible: llenar teatros durante meses, incluso años, y conectar con públicos de todas las edades.
Uno de los casos más notables es “Mentiras, el musical”, que desde su estreno en 2009 se convirtió en un fenómeno. Con canciones icónicas de los años ochenta y una trama llena de humor, nostalgia y enredos amorosos, la obra se volvió un clásico contemporáneo. Pocos espectáculos logran sostener funciones durante más de una década, y Mentiras lo consiguió gracias a su frescura y a un elenco rotativo que mantuvo viva la energía en cada temporada.
Otro gran éxito fue “Hoy no me puedo levantar”, basada en las canciones del grupo español Mecano. Estrenada en México en 2006, la puesta en escena combinó música, drama y coreografías con una producción que, para su época, fue espectacular. Su mezcla de pop, juventud y melancolía conectó con una generación que creció con las canciones del trío madrileño, y la convirtió en una de las obras musicales más taquilleras del país.
Por otro lado, el teatro también ha brillado con adaptaciones internacionales que encontraron en México un público fiel. “Los Miserables”, por ejemplo, ha tenido varias temporadas exitosas en el país. La versión de 2014, producida por OCESA, sorprendió por su nivel técnico y artístico, demostrando que el público mexicano está dispuesto a llenar salas para ver montajes de gran formato.
También merece mención “Wicked”, el musical inspirado en el universo de El Mago de Oz. Estrenado en 2013, destacó por su escenografía, su elenco y la calidad de su producción, que no tuvo nada que envidiarle a Broadway. Fue una apuesta arriesgada, pero se convirtió en uno de los mayores éxitos del teatro musical reciente.
Entre los espectáculos que marcaron al público por su propuesta escénica y su calidad visual, “El Rey León” ocupa un lugar especial. La adaptación teatral del clásico de Disney impresionó por su escenografía, el uso de marionetas y vestuarios elaborados, y su capacidad para trasladar a los espectadores a la sabana africana.
Desde su estreno en México, el montaje se ha mantenido como uno de los favoritos de grandes y chicos, demostrando que un espectáculo familiar puede ser también un éxito artístico y comercial.
Estos montajes, junto con otros como Vaselina, Billy Elliot o Jesucristo Súperestrella, han demostrado que el teatro en México no solo resiste, sino que se reinventa. Detrás de cada función hay una comunidad de artistas, productores y técnicos que mantienen viva una tradición escénica que sigue emocionando al público. En una era dominada por las pantallas, el aplauso en vivo sigue teniendo un poder que nada puede reemplazar.
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EDT/kmj