CIUDAD DE MÉXICO, 12 de julio, (EDT).— De las cosas buenas que se dicen de los borrachos es que siempre dicen la verdad, pero a que no sabían que también gustan de salvara a pequeños animales en desgracia.
Pues aunque no lo crean así es y la prueba es la historia que les vamos a relatar a continuación.
🚨Atento aviso🚨 Saquen su pañuelo 😭
Pues resulta que un joven estadounidense había tenido una noche de copas, una noche loca, tipo las que te avientas en viernes de quincena, pero como es un muchacho responsable —como todos nosotros— decidió regresar a su casa en Uber.
Y cuando el joven de Utah llegó a su casa y como Dios le dio a entender se bajó del Uber se topó con un cuadro bastante lamentable, pues cerca de un árbol había un pollito herido muriéndose de frío.
Lo cargo y lo llevó a su casa mientras pensaba qué hacer con él. Nuestro etílico héroe tenía media clara una cosa: no podía dejar morir al pequeñuelo emplumado y aunque sí estaba en estado muy inconveniente pudo hacer una llamada al Centro de Rehabilitación de Vida Silvestre del Norte de Utah (Wildlife Rehabilitation Center of Northern Utah, WRCNU) para saber si podían atender ahí al animalito. La persona en el teléfono le dijo que podían ayudar, pero que era necesario que lo llevara enseguida.
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Por supuesto que no podía dejar morir al pequeñín pero tenía un problema, estaba muy borracho y hubiera sido irresponsable de su parte manejar en ese estado. Tras pensarlo un rato, el joven sorprendentemente tomó una de las que podrían ser las decisiones más sabias de su vida y envió al pollito en Uber.
Cuando el Uber arribó al centro de rehabilitación, los veterinarios encontraron con que se trataba de un jilguero bebé que había viajado como único pasajero en el Uber. Así que lo recibieron, lo atendieron y lo salvaron de morir. Además se encariñaron tanto con el pequeñín que ya hasta le pusieron nombre: ‘Peety’.
Peety continúa con su rehabilitación en el centro y se ha convertido en el consentido del lugar, en tanto es posible liberarlo en el desierto de Utah.
Y así termina esta feliz historia que de verdad nos dejó con el ojo remi y con el corazón lleno de esperanza y fe en la humanidad.
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EDT/TIV