Tania Itzel Vargas Romero
CIUDAD DE MÉXICO, 3 de octubre, (EDT).— La marcha en conmemoración por la matanza del 2 de Octubre de 1968 inició en calma. Los contingentes comenzaron a avanzar por el Eje Lázaro Cárdenas, liderados por integrantes del Comité 68 y padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
Los estudiantes de las normales rurales seguían a los padres y, detrás de ellos, el contingente del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, liderado por Atenco; contingentes de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la Universidad Autónoma Metropolitana, entre otras instituciones educativas y organizaciones civiles.
Tal y como lo había anunciado la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, los integrantes del “Cinturón de Paz” se habían colocado a los costados custodiando los edificios del Eje Central.
Los contingentes arribaron al Palacio de Bellas Artes, que ya se encontraba blindado con tarimas de madera. A la entrada del contingente del IPN que cargaba una manta en la que se leía: Consejo Nacional de Huelga 1968, grupos de anarquistas comenzaron a rayar paredes, golpear vidrios de anuncios y a lanzar pintura en aerosol a los lentes de las cámaras de periodistas y de fotógrafos aficionados.
Los grupos de choque comenzaron a agredir a los funcionarios públicos que formaban parte del “Cinturón de Paz”, razón por la cual, éstos se vieron obligados a romper filas y a quitarse las playeras que se les había indicado colocarse durante la marcha. Las playeras decían por delante: 2 de Octubre, no se olvida y, por detrás, Cinturón de Paz, lo cual los convertía en blanco para los anarcos.
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Ya en la calle 5 de Mayo, los anarquistas comenzaron a romper los vidrios de algunos edificios y a lanzar cohetones adentro. Las explosiones se escuchaban en varias direcciones y los jóvenes comenzaron a entrar en pánico, pero se mantuvieron juntos gritando: “Sin violencia, sin violencia”.
Encapsulan a tres por tirar petardos
En la calle de 5 de mayo, a la altura de Isabel la Católica, los encapuchados comenzaron a tirar petardos hacia la gente. Contingentes de estudiantes de la UNAM se replegaron hacia los negocios en la banqueta de lado derecho.
“Todos corrimos hacia la banqueta, porque nos estaban lanzando petardos. Sentimos el calor a lado de nosotros y nos subimos a la banqueta, pero pronto los compañeros nos aplastaron contra la cortina de un negocio”, dice una estudiante que ha pedido permanecer en anonimato.
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Los estudiantes que estaban siendo aplastados contra la cortina, comenzaron a empujar con todas sus fuerzas. Apoyaron sus pies contra la cortina y comenzaron a empujar.
“Yo tenía la cámara clavada en las costillas. Algunas compañeras lloraban, porque no podían respirar”, comenta otra estudiante.
“La cortina comenzó a hundirse y de verdad pensamos que si se vencía, todos nos iban a caer encima y nos iban a aplastar. Los anarcos seguían lanzando petardos y los chavos se seguían empujando hacia nosotros”.
Los estudiantes aseguran que sintieron como si otras personas estuvieran aventando la cortina desde adentro. Gracias a lo cual no se hundió.
“Pudimos haber muerto aplastados si esa cortina se vencía”, comenta un estudiante de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM.
“Pasaron unos minutos que parecieron horas y finalmente los policías nos protegieron con sus escudos, se fueron replegando hasta contener a los encapuchados en un cerco; esto permitió que empezáramos a salir”.
Todo era un caos. Las personas corrían de un lado a otro. Muchos comenzaron a salir por Isabel la Católica y la calle de la Palma, donde se encontraban policías custodiando la entrada.
Por unos minutos, los jóvenes quedaron cercados por una fila de policías con escudos; 9 uniformados resultaron heridos.
Los jóvenes pedían a gritos que soltaran a los tres jóvenes detenidos. Los policías comenzaron a replegarse rumbo a la calle de la Palma, de lado izquierdo y de acuerdo con información de los integrantes de Marabunta, no hubo detenidos.
Pido respeto para esta marcha
Finalmente, los últimos contingentes arribaron a un zócalo mucho más vacío de lo esperado, pues muchos estudiantes decidieron retirarse antes de llegar y otros abandonaron el lugar antes de que teminara el mitin del Comité 68.
“Esta es una marcha de dignidad. Estamos aquí, porque no vamos a permitir que el 2 de Octubre se les olvide. Hoy en día hay muchos jóvenes que ni siquiera saben qué sucedió. Pido respeto para esta marcha”, hija de sobreviviente del 68.
AMX/TIV