Patricia Retana
CIUDAD DE MÉXICO.- En la Ciudad de México no hubo concierto, pero sí una revolución. Cazzu —Julieta Cazzuchelli para quienes insisten en el nombre de pila llegó a la capital no para cantar, sino para firmar Perreo, una revolución de Reservoir Books, un libro que se planta con la misma fuerza que sus barras, se plantea como incómodo para el machismo, estimulante para quienes ven en la música urbana un campo de batalla cultural.
La cita fue en la librería Rosario Castellanos, donde los accesos volaron y la fila serpenteó con decenas de jóvenes, en su mayoría mujeres, que aguardaron con carteles y celulares listos. No estaban ahí solo por la artista; estaban por la mujer que, sin pedir permiso, convirtió el reguetón en un espacio para hablar de deseo, autonomía y poder sin bajar la mirada.
En sus páginas, Cazzu dispara una pregunta que incomoda tanto como sus letras: “¿Se puede ser feminista y reguetonera al mismo tiempo?”. Su respuesta no llega en forma de consigna plana, sino en un relato que mezcla vivencias, reflexiones y conversaciones con otras figuras del género como Tokischa, Anitta e Ivy Queen. El resultado es un mapa emocional y político que retrata al perreo como un acto de resistencia.
No es casual que este lanzamiento la coloque entre los libros más vendidos de Penguin Random House: Cazzu no se limita a contar anécdotas, sino que analiza cómo un ritmo capaz de poner a bailar a millones también puede cuestionar el control del cuerpo femenino y desmantelar prejuicios. Lo hace con la crudeza de quien ha visto cómo se intenta encasillar su carrera en chismes de prensa rosa, y con la inteligencia de aprovechar esa exposición para amplificar su mensaje.
La CDMX, no solo se firmaron libros, se selló la certeza de que Cazzu no es solo “la Jefa” del trap latinoamericano, sino una voz incómoda para el statu quo, una autora que convierte la vulnerabilidad en un arma de alto calibre cultural.
AM.MX/fm