CIUDAD DE MÉXICO, 3 de julio, (EDT).— Desafortunadamente una de las malas costumbres que muchas personas tienen es la de tirar su chicle masticado al suelo; seguramente los has visto pegados en las banquetas de tu ciudad. Y aunque parezcan inofensivos, los chicles masticados no solo dan mal aspecto sino que también pueden causar infecciones.
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De acuerdo con un estudio del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados(Cinvestav), los chicles masticados y pegados en el piso de la calle o cualquier superficie al aire libre son un foco de contaminación e infecciones, que impactan en la salud de las personas.
El investigador del Departamento de Bioquímica del Cinvestav, Víctor Calderón Salinas, señaló que los chicles contienen microorganismos de la persona que lo masticó y cuando lo arrojas al piso, esos microorganismos quedan expuestos al medio ambiente.
¡Imagínate! Los chicles pueden albergar hasta 10 mil hongos o bacterias entre las que se encuentran la tuberculosis, salmonelosis o el estafilococo, los cuales se esparcen en el aire infectando a las personas.
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Y seguramente, cuando recorres el camino hacia tu trabajo, tu escuela o tu hogar te has encontrado con muchos de estos chicles masticados en paredes, banquetas, transporte público, baños, etc., de tal manera que diariamente estás expuesto a ellos. Lamentablemente, la mala educación de algunas personas es la causa de que encontremos estos productos masticados en el suelo, pues no hay la consciencia de arrojarlos en un cesto de basura o, a falta de ellos, envolverlos en su misma envoltura una vez que deseamos deshacernos de ellos.
Además del daño a los seres humanos, los chicles masticados son un peligro para los animales; por ejemplo, a las aves que llegan a recogerlos se les quedan pegados en el pico y después ya no pueden alimentarse.
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EDT/TIV