FRANCIA.- El fallecimiento a los 87 años de Claudia Cardinale no solo nos ha hecho llorar a una de las actrices más populares del cine italiano: también nos ha recordado los años en los que el país de la bota albergaba una de las cinematografías más vitales de Europa, capaz de exportar su star system a otras latitudes mientras entregaba películas irrepetibles.
De acuerdo con CINEMANÍA, Arrebatadora y cosmopolita (nació en lo que hoy es Túnez y tenía la doble nacionalidad italiana y francesa), la Cardinale demostró su versatilidad a lo largo de una filmografía que la llevó a colaborar con algunos de los mejores directores de su generación, entre ellos Mauro Bolognini, Luchino Visconti, Sergio Leone y, fuera de Italia, Blake Edwards, Richard Brooks y Werner Herzog.
A continuación ofrecemos una antología de sus películas imprescindibles.
‘Rufufú’ (Mario Monicelli, 1958)
En la tercera película de su carrera, Cardinale se unió a un all stars de la commedia all’italiana encabezado por Vittorio Gassman, Marcello Mastroianni, Renato Salvatori y Totó. La influencia de esta película, una parodia del cine clásico de atracos, se hizo notar en todo el mundo, con acreedoras tan estupendas como la española Atraco a las tres.
‘El bello Antonio’ (Mauro Bolognini, 1960)
En manos de otro director y otro guionista, esta película sobre las carencias sexuales de un apuesto siciliano (Mastroianni, por supuesto) hubiese sido una comedia. En manos de Bolognini y de Pier Paolo Pasolini, su responsable literario, se convierte en un drama donde Cardinale da vida a la desconsolada (amén de insatisfecha) esposa del protagonista.
‘Rocco y sus hermanos’ (Luchino Visconti, 1960)
Tan torrencial como escandalosa en el año de su estreno, la película más milanesa de Visconti reservó para Cardinale el papel de la novia de uno de esos hermanos (entre ellos, Alain Delon y Renato Salvatori) que viven su tragedia como emigrantes en el norte de Italia. Un papel menor, pero que presagiaba la siguiente (y definitiva) colaboración entre director y actriz.
‘Fellini 8 1/2’ (Federico Fellini, 1963)
¿Cómo es posible que una película tan rematadamente rara como esta se convirtiera en un éxito mundial, llevándose dos Oscar? La fama de un Fellini que desahogaba en ella sus neuras tras el éxito de La dolce vita tuvo mucho que ver, así como un reparto que incluía a Cardinale dispuesta a autoparodiarse como objeto de deseo del director protagonista (Mastroianni, claro).
‘El gatopardo’ (Luchino Visconti, 1963)
Aún más larga que Rocco y sus hermanos, pero mucho más glamurosa, la epopeya nobiliaria y siciliana de Visconti le dio a Claudia Cardinale uno de los papeles de su vida como Angelica, la joven de origen plebeyo (pero forradísima) a la que se arrima Alain Delon, mientras el príncipe Burt Lancaster contempla la decadencia de su estirpe.
‘La pantera rosa’ (Blake Edwards, 1963)
Por si no bastase con estrenar dos obras maestras en el mismo año, Cardinale remató su hat trick con este clásico de la comedia donde interpreta a la propietaria del diamante titular. Por desgracia para ella, el inspector Clouseau (Peter Sellers) es el encargado de investigar el robo.
‘Los profesionales’ (Richard Brooks, 1966)
Convertida ya en estrella de Hollywood, Claudia Cardinale entregó uno de sus mejores trabajos estadounidenses con este western en el que da vida a la esposa secuestrada de un rico ranchero. Para los mercenarios encargados de liberarla (Lee Marvin, Burt Lancaster, Robert Ryan y Woody Strode), la sorpresa llega al descubrir que esa desaparición no ha sido involuntaria…
‘Hasta que llegó su hora’ (Sergio Leone, 1968)
Bernardo Bertolucci, Dario Argento, Danilo Donati y el propio Leone se dieron cita en el guion de este epílogo oficioso a la ‘trilogía del Dólar’ en el que Charles Bronson sustituyó a un Clint Eastwood que no estaba por la labor. Aunque el cineasta la contrató para conseguir ventajas fiscales, Cardinale ofreció una interpretación soberbia como heraldo de la civilización en un Far West más salvaje que nunca.
‘Fitzcarraldo’ (Werner Herzog, 1982)
La carrera de Cardinale no estuvo exenta de berenjenales, y este fue el mayor de todos: a los rigores esperables en el rodaje más extremo de Werner Herzog (llevándose sus locuras al Amazonas) se sumó la vesania de ese Klaus Kinski (incorporado al rodaje para sustituir a Jason Robards) que convirtió la producción, para variar, en un infierno. A pesar de los pesares, o quizás debido a ellos, el resultado fue una obra maestra.
‘Gebo y la sombra’ (Manoel de Oliveira, 2012)
Nadie como Manoel de Oliveira para rescatar a viejas leyendas del cine en sus compartidos años de vejez. Atención al cuarteto que reunió a la mesa de su último largometraje, filmado a los 104 años: Michael Lonsdale, Jeanne Moreau, Leonor Silveira, Luis Miguel Cintra y… una Claudia Cardinale, fulgurante septuagenaria, que espera ansiosa el regreso de su hijo a casa sin importarle que se haya convertido en ladrón para sobrevivir.
AM.MX/fm