CIUDAD DE MÉXICO.- Según la estimación preliminar, el crecimiento del PIB durante el 4T24 en México se desaceleró marcadamente al registrar una contracción de 0.6%, por debajo del -0.2% esperado. La decepción estuvo explicada por el firme retroceso de las actividades primarias (8.9%) y de las secundarias (-1.2%), así como del enfriamiento del sector terciario (0.2%, durante el 3T24 el crecimiento fue de 1.1%).
En términos anuales, el crecimiento económico fue de 0.6% durante el último trimestre, permitiendo que el año cierre con un avance de 1.5% de confirmarse estos datos preliminares; la cifra es materialmente inferior al 3.3% de 2023 y de las expectativas que inicialmente se tenían para todo 2024. Detrás de la debilidad están las disrupciones productivas de octubre provocadas por huracanes, cierres carreteros y paros.
¿Cuál ha sido la reacción del mercado?
En lo que va de la jornada, el peso se aprecia 0.36%, en línea con la depreciación global del dólar, mientras que la bolsa sube un firme 1.3%, por encima de otras plazas, y la curva de M bonos presenta caídas en tasa (entre 2 y 7 bps), en línea con los Tesoros.
¿Cuál es nuestra visión?
La debilidad del cierre de 2024 podría contagiar el inicio de 2025, por lo que no descartamos algunas revisiones a la baja en la expectativa de crecimiento para todo el año. El principal soporte va a estar dado aún por el consumo, gracias a una situación de pleno empleo (aunque vale decir que ésta se ha apoyado por el sector informal en mayor proporción que en años anteriores), ganancias salaries reales y una elevada confianza del consumidor; de ahí nuestra atención en la firme desaceleración observada desde agosto en este componente y que los datos de actividad en servicios conocidos hoy exacerban. La demanda externa parece haber reanudado su debilidad, pues tras el rebote del 3T, la lectura preliminar del sector industrial es negativa.
Podemos concluir que la resiliencia económica en EE. UU. no contagió positivamente a la manufactura en México, a pesar de un tipo de cambio holgadamente competitivo en la segunda mitad de año. Esta situación también es de nuestra atención ya que, de cara a las disputas comerciales que se avecinan con su principal socio comercial, no se estima espacio de mejora cíclica. Por otro lado, una negociación exitosa de aranceles y del TMEC podrían permitir que el Plan México rinda frutos, aunque condicionado a que las leyes secundarias de las reformas aprobadas se alineen con el objetivo de reactivar la inversión.
En lo que respecta al corto plazo y al posicionamiento en activos locales, consideramos que los riesgos comerciales son elevados: posiblemente veamos algún anuncio al respecto tan pronto como el primero de febrero y/o a fines de marzo; de ser éste significativamente menos negativo de lo sugerido por D. Trump, podríamos ver una continuación del alivio en bolsa (5.5% en lo que va del año), bonos (la curva de M bonos presenta una caída en tasa de 28-44 bps) y tipo de cambio (apreciación de 38 centavos), pero de no ser así, veríamos una fuerte corrección. De ahí que mantengamos una postura más cautelosa (neutralidad en bolsa y tipo de cambio, predilección por la renta fija), en espera del citado anuncio este 1ro de febrero, que deberá marcar la pauta para las acciones de fines de marzo y la renegociación del TMEC consecuente.
AM.MX/fm