Desde el 07 de de octubre de 2019 se celebra el “Día Mundial del Algodón”, una conmemoración que tiene el objetivo de aumentar la visibilidad del sector algodonero y concienciar sobre el papel fundamental que desempeña esta materia prima en el desarrollo económico, el comercio y la industria textil.
A su vez, este día, busca fortalecer la generación de industrias que impulsen el desarrollo y la producción de algodón, así como promover actividades de investigación, avances tecnológicos y de crecimiento en los países menos adelantados para que tengan mayor acceso a los mercados relacionados con este producto.
Sin embargo, mientras esta materia dota de grandes oportunidades laborales a comunidades, agricultores y empresas, su impacto ambiental no se queda atrás. Lo que es un medio de vida para cientos de millones de personas, podría también dejar huella en el planeta. Es por ello que hoy te contamos más sobre la sostenibilidad de este material.
El algodón, más que una flor
El algodón es una fibra textil de origen vegetal, perteneciente a la familia de plantas del género Gossypium y la familia de las malváceas, siendo conocidas tradicionalmente como algodonales. Esta planta tiene su cultivo más antiguo en culturas de América, África, Asia y Oriente, contando con más de 40 especies en el mundo.
Sería hasta el siglo XVIII, cuando su cultivo logró producirse de manera masiva en India y el Caribe, para ahora tener como principales países productores a China, India, Brasil, Estados Unidos de América y Pakistán, representando más de las tres cuartas partes de la producción mundial.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno de México, la especie Gossypium hirsutum es originaria de América Central y del sur de México, siendo una planta dedicada principalmente a la industria textil, mientras que su semilla se utiliza para la producción de aceite y para consumo forrajero.
Esta planta se desarrolla principalmente en zonas cálidas, con buena iluminación y riegos constantes, convirtiendo a nuestro país, en un lugar apto para su desarrollo. De esta manera, México ocupa el 9º lugar mundial con una producción de 1,162,603 toneladas de algodón, generando uno de cada cien kilogramos cultivados en todo el mundo, con seis entidades federativas productoras.
Una gran fuente de trabajo
El algodón constituye un importante medio de vida para millones de pequeños productores y trabajadores, proporcionando empleo e ingresos constantes. Al ser la segunda fibra más utilizada mundialmente, después del poliéster, constituye aproximadamente el 20 % de la demanda total de fibras textiles, sustenta a unos 24 millones de agricultores, que se dedican a su cuidado.
A lo largo del tiempo, el algodón se ha convertido en fuente de sustento para millones de familias, contribuyendo significativamente a la economía de los principales países productores; sin embargo, su demanda se ha visto desplazada por la llegada de las fibras sintéticas que han experimentado un importante crecimiento debido a su bajo costo de producción y versatilidad.
Fibras naturales contra sintéticas ¿Cuál es mejor?
Una nota en El País, señala que para indicar si una prenda es sostenible, se deben analizar diversos factores, tanto en el caso de las fibras naturales como en las sintéticas. En el caso de las primeras se debe considerar si usa pesticidas tóxicos, si hubo o no deforestación para su cultivo, de donde obtienen el agua de riego, entre otras.
Por otro lado, la sustentabilidad en las fibras sintéticas, debe considerar cuáles son sus materias primas, qué químicos intervienen en su producción, qué tan grande es la huella de carbono al ser transportada, cuánta agua gasta y qué tan rápido se degrada.
En cuanto a los pros y contras de cada tipo de fibras, se puede afirmar que al cultivarse el algodón de forma natural. Además es transpirable, suave, fácilmente manipulable e hipoalergénico. Sin embargo, el mayor impacto al medio ambiente está en su producción.
De acuerdo con National Geographic España, tan solo una camiseta de algodón requiere casi 2700 litros de agua, cantidad usada para hacer crecer las flores con las fibras algodoneras que construirán la tela. Esto mientras algunos productores viven en medio de la sequía y con pagos injustos.
Por otro lado, el poliéster, es una fibra sintética derivada del petróleo, siendo más duradero, resistente y económico. En cambio, este no es transpirable por lo que puede retener olores, además de que a la larga los microplásticos que lo componen se desprenden en cada lavada.
¿Puede ser sostenible el algodón?
Las beneficios y problemas que hay detrás del sector del algodón, presenta una oportunidad clave para transformarse y lograr una mayor sostenibilidad, a través de la innovación en su fabricación con material reciclado y mayor eficiencia con pagos justos y reglamentados a los agricultores.
A su vez, estos cambios permitirían que cientos de millones de personas que dependen de este medio, mantengan su empleo y tengan un mejor salario, incrementando los beneficios en el comercio internacional del algodón. Esta fecha, no solo reconoce la importancia del algodón, sino también a los involucrados en su producción, transformación y comercio de este producto básico.
Es por ello, que fomentar políticas comerciales y tecnológicas sostenibles, así como abrir el paso a que se reformule su modelo de negocio para contribuir a un menor impacto ambiental, es más que necesario para lograr que este sector tan importante para el mundo no desaparezca.
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