CIUDAD DE MÉXICO.- Hace tan sólo unos días, se dio a conocer el descubrimiento que un grupo de investigadores hizo al suroeste de la Isla de Wight, ubicada frente a la costa sur de Inglaterra. Se trata del hallazgo de un par de restos fósiles correspondientes a dos depredadores que, hasta ahora, eran desconocidos.
De acuerdo al portal Reuters, ambos dinosaurios convivían en el mismo entorno, aunque bien pudieron llevar existencias separadas. Su anatomía habla de cuerpos adaptados para cazar en el agua, posiblemente sólo en la zona de la playa. Sus cráneos alargados y estrechos, similares a los de un cocodrilo o un espinosaurio, son una característica común de diversas especies carnívoras. Además, los ejemplares presentan hileras de dientes cónicos y gruesos brazos dotados de garras grandes, lo que hace pensar que eran especialistas en capturar peces y otras especies pequeñas.
Detalles sobre estos nuevos dinosaurios
Los restos fósiles datan de hace unos 127 millones de años, lo que indica que estos dinosaurios de 9 metros de largo vivieron durante el periodo Cretácico. Uno de ellos recibe el nombre de Ceratosuchops inferodios, que significa garza del infierno con cara de cocodrilo cornudo. La denominación la recibió gracias a la similitud de su método de caza con el del ave mencionada.
Por otro lado, los restos fósiles restantes pertenecieron al Riparovenator milnerae o cazador de ribera de Milner. El nombre es un homenaje la paleontóloga Angela Milner, quien falleció el pasado agosto. Este dinosaurio pudo ser aún más grande que el Ceratosuchops inferodios. De acuerdo a Chris Barker, estudiante de doctorado en paleontología de la Universidad de Southampton y autor principal del estudio, estos animales pudieron pesar entre una y dos toneladas.
De acuerdo a David Hone, investigador de la Universidad Queen Mary y coautor del estudio, estos carnívoros semiacuáticos sobrevivían cazando hacia abajo. En el agua buscaban peces, tortugas e incluso tiburones y cocodrilos, mientras que en tierra, se alimentaban de dinosaurios bebés y otras especies pequeñas. Ambas especies bípedas aprovecharon la atracción que los cuerpos de agua de la región ejercían sobre la fauna local.
El descubrimiento de los fósiles del Ceratosuchops y del Riparovenator contribuirá a la creación y perfeccionamiento de un árbol genealógico del espinosaurio, mismo que auxiliará a rastrear el origen de esta especie. Este proyecto también ayudará a entender la manera en que éstos dinosaurios se distribuyeron por toda Asia, África e incluso América del Sur.
Continúa leyendo:
ET/SRH