La Organización de las Naciones Unidas (ONU), decretó en el año 2012, en su Asamblea General, que el 20 de marzo sería el Día Internacional de la Felicidad.
Para reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno. La resolución reconoce la necesidad de que se aplique al crecimiento económico un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado; que promueva el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la felicidad y el bienestar de todos los pueblos.
Fue iniciada por Bután, el país que desde principios de la década de 1970 reconoce el valor de la felicidad nacional sobre el de los ingresos nacionales. Que prioriza la Felicidad Nacional Bruta sobre el Producto Nacional Bruto.
Para medir la felicidad, se toman en cuenta el PIB, la libertad personal, el apoyo social y niveles de corrupción de cada nación. Finlandia se posiciona como el país más feliz del mundo por cuarto año consecutivo.
Los Días Internacionales sirven para sensibilizar al público en general sobre temas de gran interés: derechos humanos, desarrollo sostenible o salud.
Pretenden llamar la atención de los medios de comunicación y los gobiernos para dar a conocer problemas sin resolver que precisan la puesta en marcha de medidas políticas concretas.
El camino hacia la misma requiere de valores fundamentales como la amabilidad y la compasión. En tiempos de crisis como la pandemia del coronavirus, es imprescindible.
La ONU dice que es allí donde se debe trabajar -ahora, más que nunca-, a pesar de que los sacrificios y las consecuencias sean múltiples. Todo ello sin olvidar y tener la perspectiva de que los más afectados seguirán siendo los países que luchan por la pobreza.
Para medir la felicidad, se toman en cuenta el PIB, la libertad personal, el apoyo social y niveles de corrupción de cada nación. Finlandia se posiciona como el país más feliz del mundo por cuarto año consecutivo.