Cuando Jurassic Park se estrenó en 1993, los dinosaurios dejaron de ser simples figuras de museo o dibujos en libros escolares para convertirse en verdaderas estrellas del entretenimiento global. Desde entonces, han pasado más de 30 años y, lejos de extinguirse, la fiebre jurásica sigue tan viva como siempre. Ya sea en forma de películas, videojuegos, juguetes, series animadas o incluso memes, los dinosaurios siguen ocupando un lugar privilegiado en el imaginario colectivo. Pero, ¿por qué?
Combinación de misterio, ciencia y monstruo
Parte del encanto de los dinosaurios radica en que son una especie de paradoja cultural: sabemos que existieron, pero no los vimos nunca. Eso los coloca en una especie de limbo entre la realidad científica y el terreno de lo fantástico. Son reales, pero a la vez se sienten como criaturas mitológicas. Esa ambigüedad permite que puedan ocupar muchos roles en las historias que contamos: pueden ser villanos aterradores, compañeros entrañables o símbolos de la fuerza de la naturaleza.
Además, su historia está respaldada por la ciencia. Lo que sabemos sobre ellos proviene de investigaciones paleontológicas, fósiles y teorías constantemente actualizadas. Este respaldo científico les da un peso que otras criaturas de ficción no tienen. No son invenciones: caminaron por la Tierra durante más de 160 millones de años.
Spielberg y el “efecto Jurassic”
Aunque ya existían representaciones de dinosaurios en el cine antes de 1993, fue Steven Spielberg con Jurassic Park quien cambió el juego. La película no solo fue un éxito comercial (recaudó más de 1,000 millones de dólares con su reestreno incluido), sino que marcó un antes y un después en los efectos especiales. Por primera vez, los dinosaurios no parecían títeres, ni stop motion: parecían vivos. Se movían, respiraban, rugían y nos creímos todo.
El impacto fue tan profundo que muchas personas alrededor del mundo comenzaron a interesarse por la paleontología a partir de la película. Museos reportaron aumentos en sus visitas, se multiplicaron los libros de divulgación para niños y niñas, y los juguetes de dinosaurios se volvieron omnipresentes. Se le llamó el “efecto Jurassic”, y aún se siente.
Los dinosaurios como símbolo cultural
Más allá del cine, los dinosaurios se han vuelto símbolos poderosos. Representan tanto la grandeza como la fragilidad de la vida. Su extinción masiva nos recuerda lo vulnerables que somos ante los cambios planetarios, y en tiempos de crisis climática, eso resuena más que nunca. También se usan como metáfora de lo que fue y ya no es: civilizaciones desaparecidas, tecnologías obsoletas, o incluso modelos de poder que han quedado atrás.
En la cultura pop, además, han demostrado ser increíblemente versátiles. En los 2000 los vimos en animaciones como Dinosaurio de Disney o la adorable serie Dino Rey, mientras que más recientemente resurgen en TikTok, YouTube y videojuegos como ARK: Survival Evolved o Jurassic World Evolution. Incluso en franquicias infantiles como Paw Patrol o Peppa Pig hay episodios dedicados a ellos. El mensaje es claro: no hay generación que se salve del encanto jurásico.
El factor nostalgia y la conexión con la infancia
Hay algo profundamente emocional en los dinosaurios. Casi todos los conocimos cuando éramos niños, en la escuela o viendo películas, y eso genera una conexión emocional duradera. En tiempos donde la nostalgia es un ingrediente clave del marketing cultural, revivir esa fascinación de la infancia se vuelve rentable. Por eso seguimos viendo nuevos lanzamientos de películas, reboots, series y más.
El reciente estreno de Jurassic World: Rebirth es ejemplo de eso: una apuesta por renovar la saga para nuevas generaciones, pero también por conectar con quienes crecimos viendo a Alan Grant huir de un T-Rex. Los dinosaurios no son solo monstruos gigantes: son parte de nuestra memoria colectiva.
¿Extinguirse? Jamás.
A 30 años del estreno de Jurassic Park, los dinosaurios siguen tan vigentes como siempre. Su permanencia en la cultura pop no es casual: combinan ciencia, imaginación, nostalgia, metáfora y espectáculo. Son seres que existieron, pero que gracias al cine, la tecnología y la creatividad humana, siguen evolucionando junto a nosotros.
Y mientras sigamos preguntándonos cómo era el mundo antes de nosotros, los dinosaurios seguirán rugiendo fuerte en nuestras pantallas, nuestras historias y nuestro corazón.
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EDT/kmj