CIUDAD DE MÉXICO, 31 de Agosto (EDT).— Y sí aunque usted no lo crea, en nuestro país, los recursos de los 10 mexicanos más ricos es equivalente al total de ingresos de casi 60 millones de mexicanos pobres, aseguró el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, durante la presentación del informe “La ineficiencia de la desigualdad”, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
De acuerdo con el estudio, presentado en la Facultad de Economía de la UNAM, mientras que en 2002 la fortuna de los cuatro mexicanos más ricos representaba el dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), para el 2014 ascendió al nueve por ciento.
“Al crecer la pobreza y acrecentarse la brecha de desigualdad las oportunidades escasean, la desesperanza crece; se generan tensiones sociales y con ello inseguridad. La cultura del privilegio alimenta la corrupción y las carencias de los satisfactores sociales conllevan a un deterioro ambiental”, destacó el rector universitario.
Graue Wiechers afirmó que dicho informe refleja “la lacerante inequidad, que es como un monstruo que se alimenta a sí mismo, y si no la combatimos, nos destruirá por su propia ineficiencia”.
En su intervención, la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, explicó que el informe propone una nueva generación de políticas fiscales con énfasis en el gasto público, pero sobre todo, en el combate a la evasión fiscal y los fondos ilícitos.
Además, indicó que establece que la igualdad es un valor fundamental, un principio ético irreductible y condición esencial para un modelo de desarrollo centrado en el cierre de brechas.
“Se trata de igualar para crecer, la desigualdad es injusta, ineficiente e insostenible y genera instituciones que no promueven la productividad y la innovación, porque castiga la pertenencia de clase, etnia, género y lleva a su máxima consecuencia la cultura del privilegio que naturaliza las desigualdades, lo que es inaceptable”, apuntó.
Alicia Bárcena exhortó a “eliminar la cultura de los privilegios”, que afecta principalmente a la mujer. “Si somos capaces de ir de la cultura del privilegio a la cultura de la igualdad, podremos lograr un beneficio social que incluya no solo a las generaciones actuales, sino también a las futuras”, comentó.
Insistió en que la desigualdad es ineficiente, porque pone barreras a la educación que se transmiten entre generaciones, al acceso a la salud que reducen la productividad y la esperanza de vida, fomenta la discriminación por etnia, raza, género o clase, y promueve la evasión fiscal.
“Por eso, nosotros proponemos una nueva generación de políticas fiscales con instituciones renovadas que abran espacios para actuar en el campo social y asegurar que nadie se quede atrás, tal como lo indica la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, indicó Bárcena.
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