CIUDAD DE MÉXICO, 5 de febrero (EDT).— En 2100, más del 50 por ciento de los océanos habrá modificado su color debido al cambio climático: se intensificarán las regiones azules y verdes, según una investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
De acuerdo con el estudio del MIT, publicado en la revista Nature Communication, el calentamiento global está provocando importantes alteraciones en las poblaciones de fitoplancton, pequeños organismos marinos que absorben y reflejan la luz.
Los resultados prevén que las zonas azules se vuelvan más azules, reflejando el descenso de los niveles de fitoplancton -y de vida en general-, y las verdes aún más verdes, lo que indicaría una proliferación de especies de fitoplancton.
El problema está en que el plancton juega un papel primordial en los océanos. No solo convierten la luz solar en energía química y consumen dióxido de carbono, sino que también son el primer eslabón en la cadena alimenticia marina.
¿Cómo se da el color del mar?
El color del océano depende de cómo los rayos de sol interactúan con los componentes del agua. Las moléculas de agua absorben casi toda la luz solar, excepto la parte azul del espectro, lo que se traduce en que las zonas del océano con menos vida se perciben de un azul intenso. En cambio, el fitoplancton contiene clorofila, que absorbe más azul y menos verde, por lo que las regiones ricas en algas son de un color verdoso.
Para este estudio, los investigadores desarrollaron un modelo global que simula el crecimiento e interacción de distintas especies de fitoplancton, y cómo éstos variarán a medida que las temperaturas aumenten. También, lograron reproducir la manera en la que el fitoplancton absorbe y refleja la luz y cómo afecta al color de los océanos, teniendo en cuenta la variable del cambio climático.
Stephanie Dutkiewicz, la directora de investigación del proyecto, prevé que los cambios entre comunidades de fitoplancton podrían alterar las redes alimentarias que sustentan, lo que considera un problema”potencialmente serio”.
Sin embargo, la especialista admitió la dificultad que supone determinar si estos cambios se deben al cambio climático o a la variabilidad natural de la clorofila. “Un evento como El Niño o La Niña provocaría un cambio en la clorofila, porque varía la cantidad de nutrientes que llegan al sistema”, explicó.
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EDT/dsc