CIUDAD DE MÉXICO.- Elio debutó el 20 de junio de 2025 con apenas $21 millones de dólares en Estados Unidos, el peor estreno de la historia de Pixar, con un presupuesto estimado entre $150 y $200 mdd. Aunque recaudó $35 millones globales, no ha sido suficiente para recuperar los costos; el proyecto nació marcado por un choque entre ambición narrativa y censura ejecutiva.
Cambios en el alma de Elio
Originalmente, dirigida por Adrian Molina (director de Coco abiertamente gay), Elio fue concebido como un personaje “queer-coded”: amante de la moda reciclada, ambientalista y con guiños sutiles de un crush masculino. Sin embargo, tras pruebas de audiencia en 2023, varios ejecutivos, liderados por Pete Docter, optaron por “masculinizar” al personaje, eliminando o suavizando dichos matices.
Tras esto, Adrian Molina fue reemplazado oficialmente como director en agosto de 2024 por Domee Shi y Madeline Sharafian. Aunque se le ofreció un rol de co‑director, prefirió retirarse y reasumir labores en Coco 2. Esta decisión se tomó tras una sala de proyección para ejecutivos donde las reacciones lo dejaron “herido”.
Tras la salida de Molina, Pixar ordenó modificaciones que despojaron a Elio de su autenticidad:
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Convertir al personaje de la mamá en una tía. La voz del personaje también fue cambiado, pues la madre de Elio era interpretado por America Ferrerira y fue sustituida por Zoe Saldaña.
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Desmantelamiento de líneas narrativas medioambientales y de identidad
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Un éxodo inmediato de talento interno, incluyendo miembros de PixPRIDE (equipo LGBT dentro del estudio), tras ver el primer corte revisado
Según Sarah Ligatich, asistente de edición y parte del equipo LGBTQ de Pixar, se sintió “profundamente entristecida y agraviada” por la edición y muchos creadores renunciaron ante el cambio de rumbo del proyecto.
Críticas y consecuencias
El resultado, argumentan críticos y exempleados, es una película despojada de su núcleo emocional. Un artista comentó: “De repente eliminas esta pieza clave, que trata de identidad, y Elio simplemente se convierte en… absolutamente nada”.
Vanity Fair y The A.V. Club coinciden: Elio quedó como una aventura espacial plástica, carente de una voz propia o memorabilidad.
Sin duda, Pixar tropezó tratando de suprimir la identidad queer del personaje. La salida de Adrian Molina, la pérdida de elementos LGBT+ y cambios en la madre del protagonista erosionaron su autenticidad. ¿El resultado? Una película visualmente impactante, pero emocionalmente vacía que se hundió en taquilla y sembró dudas sobre la pérdida de esa característica narrativa diversa y arriesgada en Pixar.
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EDT/kmj