Imaginemos que, con un libro de Jorge Ibargüengoitia bajo el brazo, te sientas en tu sillón favorito. A ver qué tal, piensas. Aparte de contar con un apellido difícil de pronunciar a la primera, escuchas que es de los mejores escritores mexicanos que han existido.
Entonces lees línea tras línea. No estás seguro de continuar en la lectura cuando, de pronto, empiezas a reírte. Qué va, esas son sonoras carcajadas. Y lo agradeces, ¿desde cuándo no te reías así? Aunque en realidad deberías de agradecer que lo trajeran al mundo, un día como hoy pero de 1928. Así es, Jorge Ibargüengoitia cumpliría hoy 90 años.
Pese a nunca considerarse humorista, lo recordamos con algunas de sus ideas más asombrosas, donde usa el sarcasmo, la crítica y la sátira, como todo buen humorista. O bueno, escritor con habilidad para hacer reír. Está bien, aquí abajo él mismo explica la situación en sus palabras.
- “Artistas: se mueren de hambre, no se cortan las uñas y se comunican entre sí diciéndose rimas de Becquer”
En ‘Estas ruinas que ves’
- “Los teléfonos públicos lo son, no sólo porque cualquiera puede usarlos, sino porque cualquiera puede oír lo que dice el que lo está usando —excepto, en muchos casos, el que está del otro lado de la línea”
En Viajes en la América ignota
- “En México hay tantos bustos de Emiliano Zapata que nadie sabe ni dónde ponerlos”.
- “Si no voy a cambiar al mundo, cuando menos quiero demostrar que no todo aquí es drama”.
- “El arte de amar se reduce a decir exactamente lo que el grado de embriaguez del momento requiera”.
- “Si son ingeniosos mis artículos es porque tengo ingenio, si son arbitrarios es porque soy arbitrario, y si son humorísticos es porque así veo las cosas, que esto no es virtud, ni defecto, sino peculiaridad”.
- “En el fondo del cerebro de cada madre hay la esperanza de que su hijo llegue a ser un modelo. ¿Un modelo de qué? Nadie sabe. Pero un modelo”.
- “Nunca entres a un restaurante cuyo menú está en más de tres idiomas”.
- “Por supuesto que la paz es el respeto al derecho ajeno, en eso todos estamos de acuerdo. En lo que nadie está de acuerdo es en cuál es el derecho ajeno.”
- “El taco sudado es el Volkswagen de los tacos: práctico, bueno y económico”.
A los 55 años, murió Jorge Ibargüengoitia en un accidente aéreo, mientras se dirigía a un encuentro entre intelectuales en Madrid. Posee una vasta obra compuesta de novelas, cuentos, obras de teatro y artículos periodísticos. Entre ellas, destacan “Dos crímenes”, “Los relámpagos de agosto”, “Instrucciones para vivir en México”, “La ley de Herodes”, “Estas ruinas que ves”, “Las muertas”, “Viajes en la América ignota”, entre otras.