CIUDAD DE MÉXICO, 17 de Agosto (EDT).— Algo grave está pasando en las costas mexicanas. A la muerte de, al menos, 34 manatíes en Tabasco, ahora se suma una nueva tragedia: la muerte de más de un centenar de tortugas en las costas de Tonalá, Chiapas.
El 24 de julio, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) encontró 25 tortugas muertas. Para conocer las causas, inició una investigación, que no ha sido concluida porque cada vez aparecen más cadáveres. Hasta este viernes, la cifra de ejemplares muertos de tortugas golfina, carey y prieta asciende a 115.
De acuerdo con Adrián Méndez Barrera, director de la CONANP, los expertos a su cargo están trabajando en dos hipótesis: que las tortugas hayan muerto a causa de anzuelos o redes que los pescadores dejan en el mar o por la aparición de un gas nocivo que genera una bacteria en los animales.
El promedio de tortugas que han muerto en el mismo periodo en años anteriores, es de no más de 20, por lo que la cantidad de ejemplares de tortugas muertas que se han localizado, es cinco veces más.
Entre los pobladores y especialistas de los campamentos tortugueros de Tonalá hay preocupación, porque los cadáveres hallados indican que, por su tamaño [algunos ejemplares llegan a medir más de un metro], se trata de animales que podrían tener entre 80 y 100 años de vida.
Cada año, particularmente entre los meses de junio a octubre, cientos de tortugas hembras llegan al litoral de Chiapas a desovar, aunque algunas mueren en este proceso. Sin embargo, entre los ejemplares que se han encontrado muertos en las semanas recientes, también hay machos, lo cual es inusual porque los machos nunca se acercan a la playa.
Este lamentable hecho aceleraría la desaparición de la tortuga carey, en peligro de extinción debido a su demanda en el mercado negro de la comida exótica, además de que el nivel de sobrevivencia de las crías es de una por cada mil.
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EDT/dsc