PARÍS, FRANCIA.- Acaba de fallecer Micheline Presle, una de las actrices imprescindibles del cine francés.
Ocurrió en la residencia de la Casa Nacional de Artistas en Norgent-sur-Manne, a 12 kilómetros al este de París, y ella contaba con 101 años.
Presle, nacida igualmente en París, no había dejado de trabajar desde su adolescencia, teniendo un rápido ascenso al éxito en 1937 con La fessée.
Entonces era designada con el premio a actriz joven más prometedora, y muchas décadas después, hacia 2004, recibiría el César honorífico. En los años restantes de su vida seguiría acumulando producciones, de perfil algo más discreto que en sus inicios.
En 1939 ya estaba trabajando a las órdenes de un nombre propio como Georg Wilhelm Pabst en La ley sagrada, consolidándose como actriz en varios proyectos durante la Segunda Guerra Mundial donde colaboró con Marcel L’Herbier y Marc Allégret. Según concluía el conflicto tuvo uno de sus grandes éxitos en el drama romántico Falbalas, de Jacques Becker en 1945. Poco después llegaría de hecho su película más conocida,
El diablo en el cuerpo. Basada en la polémica novela de Raymond Radiguet, El diablo en el cuerpo causó bastante escándalo en el 47 por su argumento, donde un adolescente se enamoraba de una mujer cuyo marido estaba combatiendo en el frente de la Primera Guerra Mundial.
El diablo en el cuerpo, proyectada en el Festival de Venecia, tendría un remake de Marco Bellocchio en los 80. Fue tal fenómeno que le permitió a Presle dar el salto a EE.UU., poniéndose a las órdenes de Jean Negulesco en Venganza del destino así como, también en 1950, aparecer junto a Tyrone Power en Guerrilleros de Filipinas, de Fritz Lang.
Un año después protagonizó con otro galán de la época, Errol Flynn, La taberna de Nueva Orleans. Entonces no se limitó a Hollywood, pues encadenó estos papeles con una versión francesa de La dama de las camelias.
Ya relegada a un papel secundario, en 1959 fue vista en La clave del enigma dirigida por Joseph Losey. Fue pareja más tarde de Jean Gabin en El barón y su yate y de Marcello Mastroianni en El asesino.
En 1962 interpretó a la madre de Sandra Dee en la comedia Una esposa para dos, dentro de lo que parecía una fase de declive para su carrera. Pero esta no fue tal, ya que Presle vio su popularidad renovada gracias a protagonizar una serie muy exitosa de la época, Matrimonio a la francesa, a partir de 1965. En los años siguientes también trabajaría con Jacques Rivette en La religiosa, o con Jacques Demy en No te puedes fiar ni de la cigüeña.
AM.MX/fm