CIUDAD DE MÉXICO.- Guillermo del Toro ha sido uno de los mayores defensores del cine animado y muestra de ellos fue su discurso tras ganar el Oscar a Mejor Película Animada por Pinocho este año. En aquel momento el director mexicano aseguró que el cine animado está listo para dar el siguiente paso y todo parece indicar que él también está listo para darlo pues su intención es dejar de lado las cintas live action y dedicarse a la animación.
En el marco del Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy, el cineasta tapatío ofreció una conferencia magistral en la cual abordó su amor por el cine animado y cómo fue que surgió su pasión por esta técnica para contar historias.
Del Toro narró que comenzó a crear animación cuando tenía ocho años, usando la cámara Super 8 de su padre. Aunque siempre se imaginó trabajando en ese medio, recibió varias oportunidades al inicio de su carrera que lo terminaron llevado por otro camino.
“La vida tenía otros planes y no volví a la animación hasta que comencé a trabajar con Dreamworks, supervisando películas como Gato con botas y El origen de los guardianes”, recordó.
Guillermo dijo que confía en que la animación puede transmitir emociones de una manera única y conmover a la audiencia. Ante esto, citó el éxito de películas animadas recientes, como Spider-Man: A través del Spider-Verso y Super Mario Bros. La Película, como ejemplos de producciones que están abriendo nuevas posibilidades y desafiando las convenciones del género.
Durante su discurso en Annecy, Del Toro también criticó ciertas tendencias en la animación comercial que considera destructivas. Señaló que muchos personajes y emociones están relacionadas con comportamientos adolescentes y comedias románticas, lo cual considera una forma de “pornografía emocional”.
“La animación para mí es la forma más pura de arte, y ha sido secuestrada por un grupo de rufianes. Tenemos que rescatarla”, aseguró Del Toro, quien ve en la animación una oportunidad para introducir nuevas ideas y experiencias en el cine.
Guillermo del Toro abogó por representar la vida real en la animación y alejarse de la perfección en favor de lo hecho a mano y lo imperfecto. Teniendo una predilección por el stop-motion, Del Toro aseguró que la artesanía de un proyecto hecho bajo estas condiciones facilita capturar la naturaleza imperfecta de los mundos creados y, así, reflejar el nuestro.
“Odio la perfección. Me encantan las cosas que parecen hechas a mano. Es por eso que pongo decorados físicos en ellas. Trato de evitar los escenarios digitales y los efectos digitales tanto como podamos. Me encanta el aspecto físico [del stop motion]”, dijo el director.
Fue entonces que Guillermo del Toro mencionó que, después de algunos proyectos live action piensa dedicarse de lleno a la animación en el futuro.
“Hay un par de películas live action más que quiero hacer, pero no muchas. Después de eso, solo quiero hacer animación. Ese es el plan”, expresó.
Además de esto, el originario de Jalisco también advirtió a los estudiantes de animación sobre los desafíos que enfrentarán en la industria cinematográfica, instándolos a mantener la fe en las historias que quieren contar.
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EDT/kmj