TENERIFE, ESPAÑA, 4 de junio (EDT).- La metió en una pequeña maleta y la tiró a un contenedor, malherida. La perra, una pitbull llamada Isa, había sido agredida por otro canes de la propiedad. Antes de que fuera triturada por el camión de la basura, unos vecinos escucharon los gemidos y la rescataron.
Ocurrió en Santa Cruz de Tenerife, en 2012. Ahora, la justicia canaria condena a ese hombre de 29 años a un año de prisión por maltrato animal y al cumplimiento efectivo de la pena, “sin posibilidad de remisión”, dice la sentencia, que no es firme porque puede ser aún objeto de recurso.
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“La elección de tal pena ha sido ponderada por la acción malvada” del acusado, argumenta en su sentencia la juez sustituta del Juzgado de lo Penal número uno de Santa Cruz de Tenerife, Sandra Barrera Vinent, que permitió durante el juicio la comparecencia en la sala de la perra —rebautizada como Milagros—, acompañada de su actual dueña, quien acudió como testigo.
De acuerdo con el diario El País, la can fue rescatada por los vecinos media hora después de ser arrojada a la basura y 20 minutos antes de la llegada de un camión de basura sin operarios que la hubiera triturado. La llevaron al albergue de Valle Colino, donde fue asistida por los veterinarios con tratamientos que duraron casi un mes. La curaron y cuidaron hasta su total recuperación. La sentencia también condena al acusado a pagar a la protectora de animales que la acogió por los gastos de su curación y a no tener animales domésticos durante tres años.
La juez accede a la petición de la fiscalía y deniega la suspensión condicional de la prisión que se aplica en ocasiones a penas inferiores a dos años de cárcel, debido a que el acusado no ha mostrado arrepentimiento y actuó con “saña”. Además, añade, la suspensión de la condena “no generaría enseñanza ni doctrina”, ni sería “disuasoria para los ciudadanos”, argumenta la juez.
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Justifica la pena de un año, solicitada por la acusación popular frente a los nueve meses que pedía la fiscalía, por “la acción malvada” que supone “introducir a la perra en una maleta” abocándola a la muerte, “cerrando la cremallera impidiéndole el respirar” y “de forma indigna” tirarla a un contenedor.
Para la juez Barrera, que aplaude la actuación ciudadana por rescatar y cuidar a Milagros, “es importante visibilizar este maltrato” y dictar sentencias que trasladen a los ciudadanos más empatía por los animales y que generen “biofilia”.
En la sentencia, se constata la realidad científica de que los animales son seres sensibles y que su maltrato vulnera “las obligaciones biológicas-bioéticas” que con ellos tienen los seres humanos. “Hemos de ser intransigentes con este tipo de hechos” y el Estado debe proteger a los animales de estos actos, señala la juez, que advierte “cierto sadismo” en la conducta del acusado puesto que el camión de la basura hubiera “despedazado” viva a la perra.
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EDT/fm