Ciudad de México.- En un emotivo y colorido homenaje, familiares, amigos y colegas del reconocido artista visual y activista Antonio Ortiz Herrera, “Gritón”, celebraron su vida y legado en el Museo de la Ciudad de México. Entre flores, música, poesía y arte, el evento congregó a cerca de 100 artistas, gestores y activistas que recordaron a “Gritón” como una figura apasionada, comprometida y vital en el panorama cultural y social de México.
El patio central del recinto, bajo la tutela de la Secretaría de Cultura capitalina, fue el escenario de múltiples tributos. Allí se instalaron lienzos emblemáticos del artista, decorados con flores, corazones y figuras de rebeldes con causa, mientras los asistentes lucían prendas floreadas en su honor. Para quienes carecían de este distintivo, telas fueron desgarradas y ofrecidas como símbolo de unidad y memoria.
La velada incluyó una escultura colectiva basada en el proyecto “Antena para cambiar el mundo”, obra de Ortiz, además de una ofrenda especial y una muestra de su trabajo visual. Sobre el escenario desfilaron figuras como César Martínez, Rocío Cerón, Gabino Palomares y Guillermo Briseño, entre otros, quienes a través de música, poesía y performance dieron voz a su legado.
Antonio Ortiz Herrera (1953-2024) nació en la Ciudad de México y se consolidó como un referente del arte público y político. Fundador de la revista Réplica21 en 2002 y colaborador en el Museo Público de Arte Contemporáneo de Tlalpan, su obra transitó entre la pintura, el muralismo, el performance y las instalaciones. Su trayectoria siempre estuvo impregnada de una crítica aguda hacia temas como la globalización, los derechos humanos, la migración y el medio ambiente.
Entre sus mayores compromisos sociales, destacó su participación en las manifestaciones de la CNTE y en las protestas por los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa en 2014. Sin embargo, fue su entrega al movimiento zapatista lo que marcó profundamente su activismo, siendo recordado como un ferviente defensor de la justicia y la igualdad.
El homenaje no solo celebró su trayectoria artística, sino que enfatizó su legado humano. Como lo describieron quienes lo conocieron, su espíritu combativo y su pasión por un México más justo lo convierten en un ejemplo perdurable.
“Gritón” no se fue del todo, sus ideales y su arte permanecen como antenas que seguirán transmitiendo un mensaje de resistencia, compromiso y esperanza.
EDT.MX/CV