CIUDAD DE MÉXICO.— La imagen de vestidos rojos colgados sobre cruces a lo largo en una carretera, con un arcoíris de fondo, en recuerdo de 215 niños indígenas fallecidos en un internado en Canadá, de la fotografía Amber Bracken, fue nombrada como la ‘Fotografía del Año‘ por el prestigioso premio World Press Photo.
El trabajo de la fotoperiodista canadiense, publicado en el New York Times, muestra unos vestidos rojos, en recuerdo de alumnos de la Escuela Residencial de Kamloops, provincia de Columbia Británica, y cuyos cadáveres fueron localizados el año pasado en tumbas sin identificar en terrenos de la antigua escuela.
La presidenta del jurado del World Press Photo, Rena Effendi, consideró que el trabajo de Amber Bracken es “un tipo de imagen que se graba en la memoria, inspira una especie de reacción sensorial, casi deja escuchar la tranquilidad, un momento sereno de ajuste de cuentas global para la historia de la colonización”.
En la categoría de Reportaje Gráfico del Año, el premio es para ‘Salvando el bosque con fuego’, un trabajo del fotoperiodista australiano Matthew Abbott, publicado en National Geographic y que reivindica una práctica milenaria y cultural de los indígenas australianos, quienes queman los arbustos de forma estratégica para salvar los bosques y controlar posibles incendios.
⇒ Esta técnica de gestión del fuego, conocida en inglés como “cool burning” (quema a baja temperatura), consiste en quemar solo la maleza y eliminar así la acumulación de lo que sería un combustible que alimente llamas más grandes.
El jurado del World Press Photo señaló que las fotografías de Matthew Abbott componen “una narración tan bien ligada que no pueden separarse unas de otras”.
El fotoperiodista brasileño Lalo de Almeida resultó ganador del Premio al Proyecto a Largo Plazo con su trabajo fotográfico “Distopía amazónica”, para Folha de S. Paulo/Panos Pictures, que “retrata algo que no solo tiene efectos negativos en la comunidad local sino también a nivel mundial”, según Effendi.
Las imágenes de Almeida buscan denunciar cómo la selva amazónica está bajo “una gran amenaza” debido a la deforestación, la minería, el desarrollo de infraestructuras y la explotación de otros recursos naturales, amenazas que cobran impulso bajo las políticas regresivas en lo ambiental del presidente Jair Bolsonaro.
La Amazonía es hogar de más de 350 grupos indígenas, pero la devastación -acelerada desde 2019- tiene una serie de impactos sociales, particularmente en las comunidades indígenas que se ven obligadas a lidiar con la degradación significativa del medio ambiente y de su forma de vida, señaló la fundación World Press Photo.
El Premio al Formato Abierto ha sido para un documental fotográfico sobre los esfuerzos de científicos y comunidades ancestrales para conservar la agrobiodiversidad en Ecuador, y tiene como autora a la fotoperiodista Isadora Romero, con su trabajo “La sangre es una semilla“.
Su fotoperiodismo busca subrayar “cómo estas dos comunidades enfrentan el problema de maneras diferentes”: los científicos tienen un banco de germoplasma en Quito con más de 28 mil accesiones de germoplasma para generar semillas fuertes sin modificaciones genéticas, y las comunidades llevan haciendo esta labor de cuidado durante generaciones.
Para elaborar “La sangre es una semilla”, Isadora Romero trabajó con la comunidad de Camuendo Chico, en la provincia ecuatoriana de Imbabura, y con los científicos en Quito, para instar a “volcar la mirada a otras formas de conocimiento” y que haya “un puente” entre la labor que hace la ciencia y las comunidades indígenas.
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EDT/dsc