RÍO DE JANEIRO, 3 de septiembre (EDT).— Un incendio arrasó con el Museo Nacional de Río de Janeiro, la más antigua institución científica y de historia natural de Brasil, creado por el rey Juan VI en junio de 1818, cuando Brasil aún era una colonia de Portugal.
Las llamas empezaron alrededor de las 19:30 horas local, cuando el público visitante ya se había retirado, por lo que no se reportan heridos ni víctimas mortales. Todavía no se conocen las causas del accidente; sin embargo, el Museo Nacional sufría de falta de apoyo financiero para la manutención básica de sus actividades.
El presidente de Brasil lamentó la pérdida incalculable para los brasileños luego de esta tragedia y así lo mencionó en su cuenta oficial de Twitter:
“Incalculable para Brasil la pérdida de la colección del Museo Nacional. Se han perdido 200 años de trabajo, investigación y conocimiento. El valor de nuestra historia no puede ser medido por el daño al edificio que albergaba a la familia real durante el Imperio. Es un día triste para todos los brasileños”.
Incalculável para o Brasil a perda do acervo do Museu Nacional. Foram perdidos 200 anos de trabalho, pesquisa e conhecimento. O valor p/ nossa história não se pode mensurar, pelos danos ao prédio que abrigou a família real durante o Império. É um dia triste para todos brasileiros
— Michel Temer (@MichelTemer) September 3, 2018
El museo tenía una colección de más de 20 millones de piezas, desde momias egipcias, adquiridas por el emperador Pedro I, hasta el fósil más antiguo de América Latina, encontrado en Brasil y conocido como Luzia, de casi 12 mil años de antigüedad.
Entre sus salas había exposiciones en antropología biológica, arqueología, etnología, geología, paleontología y zoología. Sin embargo, se cree que el incendio ha destruido las colecciones enteras, incluyendo la exposición que estaba a la entrada del edificio.
Además del fósil Luzia, una mujer de 25 años que murió hace más de 12 mil años (los restos más antiguos que se han descubierto en América Latina); el museo también resguardaba el meteorito más grande que se haya encontrado en Brasil, pesa 5.36 toneladas y fue encontrado en 1784.
En sus instalaciones se encontraba la mayor biblioteca científica de Río de Janeiro. Su acervo de arqueología estaba compuesto por más de 100 mil objetos provenientes de diversas civilizaciones de América, Europa y África, desde el Paleolítico hasta el siglo XIX. Mientras que su colección de arqueología clásica la integraban 750 piezas de las civilizaciones griega, romana, etrusca e italiana, considerada la mayor en su género en América Latina.
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