CIUDAD DE MÉXICO / SEMlac.- El martes 2 de julio, la Red Mexicana de Política Exterior Feminista (RMPEF) organizó el evento paralelo “Hacia una Política Exterior Feminista en América Latina y el Caribe”, en el marco de la III Conferencia Ministerial sobre Políticas Exteriores Feministas.
Auspiciada por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, es la primera vez que esta conferencia se celebra en un país del Sur Global. Las ediciones anteriores fueron en Alemania (2022) y Países Bajos (2023). Para la RMPEF, la ocasión significó una oportunidad única e imperdible, para poner en el centro de estas discusiones la perspectiva de la sociedad civil y la academia latinoamericanas.
La mayoría de los países con política exterior feminista forman parte del Norte Global, por ejemplo, Canadá, Francia, España, Luxemburgo y Alemania.
Sin embargo, la reciente aparición de esta visión en América Latina y el Caribe ha inclinado la tendencia hacia el Sur Global: México (2020), Chile (2023) y Colombia (2024). Con la histórica elección de la primera mujer presidenta en México, Claudia Sheinbaum Pardo, hay una gran oportunidad para dotar de contenido a la política exterior feminista en México y fortalecer esta tendencia en la región.
Durante el evento paralelo, se desarrollaron cuatro paneles temáticos sobre aspectos y temas prioritarios de la agenda de la política exterior feminista en la región: 1) su conceptualización desde América Latina y el Caribe, 2) la justicia fiscal feminista, 3) los derechos sexuales y reproductivos y 4) el acceso a las justicias.
Paulina Rivera, integrante de la RMPEF, explicó que no hay una definición consensuada sobre qué es una política exterior feminista, pero sí ideas dominantes que deben ser analizadas, politizadas y reevaluadas. Sugirió que los países que se nombran desde el Sur Global deben promover una política exterior feminista que busque desmantelar las opresiones estructurales, las cuales han sido históricamente construidas mediante procesos coloniales.
También afirmó que no existen conceptos universales y que hay diversas formas de entender el mundo que deben ser incluidas, mediante un diálogo horizontal, inclusivo e intercultural.
A la pregunta: ¿dónde están las mujeres en la política exterior latinoamericana? Andrés Bórquez, investigador de política exterior feminista en América Latina y académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, reportó que “la participación de las mujeres en la diplomacia latinoamericana avanza, pero de manera desigual.
Mientras áreas como la diplomacia climática y comercial muestran progresos, la mayoría de los países aún enfrentan desafíos significativos. El camino hacia la equidad en política exterior requiere consolidar y extender los compromisos institucionales y las reformas normativas ya iniciadas en varios países de la región”.
Por su parte, Daniela Castro, integrante del Observatorio Mexicano de Política Exterior Feminista (OMPEF), enfatizó que una política exterior feminista “no solo la construye el Estado, la construimos todas, todos y todes”.
Asimismo, reconoció que se tienen altas expectativas en que, con la primera presidenta mujer en México, se pueda avanzar y consolidar una política exterior feminista “de todas y para todas, desde el Sur Global, anticolonial, en conjunto con los países hermanos de la región, por una América Latina y Caribe más justa, incluyente, sostenible y feminista”.
Respecto al tema de la justicia fiscal feminista, Isabel Mateos, coordinadora de Inversión Social para el Futuro de Oxfam México, recordó que este es el país que peor recauda ingresos tributarios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y que se encuentra por debajo de la tasa de recaudación de la región. En sus propias palabras: “Somos una anomalía fiscal, una economía de renta media, con una recaudación bajísima y muy poca posibilidad de inversión pública”.
Frente a las discusiones actuales sobre la gobernanza fiscal internacional en espacios como la ONU o el G20, “México tiene la oportunidad de ser punta de lanza en la inclusión de una perspectiva feminista en estas discusiones desde su compromiso con una política exterior feminista”.
De acuerdo con la Cepal, en la región latinoamericana y caribeña tres de cada 10 mujeres viven en pobreza y una de cada 10 en pobreza extrema. En este sentido, la región tiene un problema de desigualdad económica directamente relacionado con la desigualdad de género. “La propuesta no es cómo incluir a las mujeres y niñas en el modelo económico, sino cómo imaginar nuevos modelos económicos que centren la sostenibilidad de la vida y los derechos de las personas en lugar de la acumulación”.
Francia Colmenero, del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), explicó la situación de los derechos sexuales y reproductivos en México: “solo 13 de las 32 entidades federativas tienen despenalizado el aborto, la mayoría lo permite a través de un modelo de despenalización que lo condiciona a plazos y escenarios”.
Pese a existir avances normativos para poder acceder a una interrupción del embarazo, para Colmenero “las instituciones públicas de salud en México siguen negando el servicio de aborto, entre ellas a niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual”.
Asimismo, reconoció los avances en la despenalización del aborto en la región latinoamericana, especialmente en Colombia, Argentina, y la pronta discusión de la despenalización en Chile y Ecuador.
Sin embargo, América Latina y Caribe sigue siendo una de las regiones más restrictivas y punitivas en leyes de aborto, pues son nueve países (El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Aruba, Curazao, Jamaica y Surinam) los que aún lo prohíben totalmente. Para Colmenero, “no se puede hablar de una política exterior feminista en contextos donde se criminalice el aborto y no se reconozca como un servicio de salud reproductiva”.
Finalmente, sobre el tema del acceso a las justicias como asunto de la política exterior feminista, Nancy Carmona, coordinadora del área de Políticas Públicas de EQUIS Justicia para las Mujeres (EQUIS), sostuvo que los países con una política exterior feminista deben repensar la justicia más allá del sistema punitivo.
“Esto implica el involucramiento de diversas instituciones más allá de las penales, donde la diversidad de mujeres sea escuchada desde sus contextos, realidades, historias e identidades, para disminuir la impunidad”.
Así, la política exterior feminista debe apostar por modelos de justicia que pongan en el centro la construcción de paz, como lo ha hecho Colombia, desde donde se impulsa un modelo de garantías de no repetición y seguridad para todas las personas, con estándares que eviten la impunidad y garanticen los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación.
El evento paralelo evidenció la importancia y la necesidad de escuchar las voces de la sociedad civil y la academia como aliadas y promotoras de una política exterior feminista efectiva. Su experiencia y conocimiento deben ser incorporados en el diseño y la implementación de esta nueva política.
La RMPEF es una organización compuesta por académicas, activistas, expertas y representantes de organizaciones de la sociedad civil, cuyo objetivo es analizar e influir en la formulación, diseño e implementación de la política exterior feminista en México. Se guían por los principios del diálogo horizontal, el pluralismo y la inclusión, los cuales consideran esenciales para cualquier propuesta que se denomine feminista y transformadora.
AM.MX/fm