PARÍS, FRANCIA.- La reciente Cumbre de Acción sobre IA en París ha dejado un sabor agridulce en el sector editorial. Aunque el comunicado final mencionó los derechos de propiedad intelectual, no los situó en el centro de la conversación, algo que las asociaciones de editores consideran fundamental en la era de la Inteligencia Artificial Generativa.
En este contexto, ha cobrado especial relevancia la Carta Internacional sobre Cultura e Innovación, presentada en el marco de la cumbre y respaldada por diversas instituciones europeas del sector cultural y mediático, entre ellas la Federación de Editores Europeos. Este documento se fundamenta en principios clave como la transparencia en el uso de contenidos protegidos, el respeto a los derechos de autor y la implementación de salvaguardas adecuadas en los sistemas de IA.
La International Publishers Association (IPA) y la Association of American Publishers (AAP) han expresado su preocupación. “Damos la bienvenida al reconocimiento de los derechos de propiedad intelectual en la ‘Declaración sobre una Inteligencia Artificial Inclusiva y Sostenible’, pero es fundamental que esto se desarrolle y se convierta en un principio rector”, señaló José Borghino, secretario general de la IPA. Desde la AAP, su presidenta y CEO, Maria A. Pallante, fue más crítica, lamentando que la declaración final de Emmanuel Macron no incluyera referencias explícitas a la carta de principios impulsada por la coalición internacional del sector creativo (Publishing Perspectives, 5 minutos).
Antes del inicio de la cumbre, 38 organizaciones internacionales firmaron una declaración conjunta en la que advertían que “no habrá IA confiable sin respeto a los derechos de propiedad intelectual”. Este comunicado, en el que participaron la IPA, la Federación de Editores Europeos y el Consejo Europeo de Escritores, entre otros, estableció cinco principios clave: respeto a los derechos de autor, transparencia en el uso de contenido protegido, licencias negociadas, compensación justa y sanciones efectivas en caso de incumplimiento.
Pallante subrayó que, a pesar de los desafíos, algunos acuerdos de licencia ya se están estableciendo, lo que ofrece oportunidades para que los editores recuperen cierto control y obtengan compensaciones por el uso de sus contenidos. El desafío es encontrar un equilibrio entre la innovación y la protección de la creatividad humana, algo que, por ahora, sigue siendo una asignatura pendiente en la regulación global de la IA.
AM.MX/fm