CIUDAD DE MÉXICO.- La sorpresiva muerte de Liam Payne, exintegrante de One Direction, no solo conmocionó al mundo de la música, sino que también dejó una pregunta abierta sobre el futuro de su millonario patrimonio. El cantante británico, quien falleció a los 31 años, dejó una fortuna estimada en más de 32 millones de dólares, pero sin un testamento que indique cómo debía ser distribuida.
De acuerdo con reportes de medios internacionales, la ausencia de un documento legal ha llevado a que su expareja, la cantante Cheryl Tweedy, asuma la gestión provisional de los bienes en nombre de su hijo Bear, de seis años. Sin embargo, este rol no le otorga propiedad directa sobre los activos, sino que la convierte en tutora legal hasta que el menor alcance la mayoría de edad o un tribunal determine otra figura administrativa.
Entre los activos más valiosos de Payne figuran varias propiedades inmobiliarias en Londres y Los Ángeles, una colección de autos deportivos de lujo y las regalías por su música tanto como solista como miembro de One Direction, que siguen generando ingresos anuales significativos. La fortuna podría crecer en los próximos años gracias a derechos de reproducción y contratos aún vigentes.
Según expertos legales consultados por El País y People en Español, la herencia se regirá por las leyes de sucesión intestada en el Reino Unido, las cuales otorgan prioridad a los descendientes directos. En este caso, Bear sería el heredero principal, aunque el dinero quedaría en fideicomiso hasta que sea legalmente mayor de edad.
“La gestión de Cheryl será principalmente administrativa. Su responsabilidad es asegurar que los recursos se utilicen para el bienestar y desarrollo de Bear, no para uso personal”, explicó una fuente cercana al entorno familiar.
Por otro lado, fans y allegados al artista han recordado declaraciones pasadas de Payne, quien expresó su interés en apoyar causas benéficas relacionadas con la salud mental y la infancia. Sin embargo, al no haber dejado instrucciones escritas, esas intenciones podrían no concretarse legalmente, a menos que la familia decida respetarlas de manera voluntaria.
Mientras la industria musical lamenta su pérdida, la administración de su legado artístico también entra en una etapa de transición. Se espera que su equipo de representantes trabaje junto a la familia para garantizar la continuidad de sus proyectos y la preservación de su imagen pública.
Por ahora, Cheryl y su hijo se han mantenido alejados de los reflectores, mientras las autoridades británicas inician el proceso de validación y asignación de la herencia. El camino legal podría ser largo, pero el deseo compartido por muchos es que el legado de Liam Payne se honre y proteja, tal como él hubiera querido.
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EDT/kmj
