Por David S. Celin
Para Alonso,
siempre recordado por Henri,
con mucho cariño y respeto
Henri Donnadieu es todo un personaje. Empresario, escritor, productor de teatro, pero sobre todo un excelente anfitrión. Así es él, un hombre que desde niño supo que era homosexual y que ha vivido su sexualidad en libertad.
Amigo de Andy Warhol y de María Félix, así como de otros artistas y políticos, no solo ha sido testigo de cambios sociales y culturales, también ha formado parte de ellos; claro ejemplo: el Disco Bar El 9, el cual cambió toda la escena nocturna de la Ciudad de México en la década de los 70 y 80.
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En punto de las 5 de tarde, Henri ya nos esperaba en el fondo del que ahora es su nuevo bar, El 9 de Amberes. Una intensa lluvia había hecho que él tuviera que usar bolsas de plástico en sus pies, en lo que esperaba que se orearan sus zapatos; con un acento todavía afrancesado, nos invitó a recorrer el lugar, un sitio muy cómodo para tomarse una cerveza y charlar con tu pareja o amigos.
Para esta charla, elegimos que se hiciera en una especie de “sótano”, en donde los recuerdos de Henri están presentes en forma de fotografías. Hay imágenes de su entrañable amigo, Jaime Vite; también está Alonso, su pareja de toda la vida. Y otras icónicas imágenes que nos remite a cuando El 9 (antes ubicado en la calle de Londres) era la sensación del momento.
LA NOCHE ES ÉL
La noche del 23 de enero de 1977, la calle de Londres, en la Zona Rosa, se preparaba para una verdadera revolución. Esa noche, después de unas cuantas semanas de planeación, Henri, su pareja Manolo Fernández y varios amigos más, abrían las puertas del que se convertiría en un ícono de la escena nocturna capitalina: el Disco Bar El 9.
Era la sensación del momento. En su primera época, como gusta llamarle Henri, fue un bar exclusivo para la crema y nata de la ciudad; jóvenes de la burguesía mexicana, algunos de ellos hombres casados y con hijos, llegaban hasta El 9 pero cuidándose de no ser vistos, pues pesaba mucho el que dirán.
Tras el éxito rotundo de El 9, Henri, Manolo y otros socios decidieron abrir El 9 de Acapulco, en donde recibieron importantes visitas, como Sean Connery y Village People, entre otros. Pero no todo fue dicha. En enero de 1979, el bar sufrió una redada en donde detuvieron a trabajadores y a Manolo, quien pasó un año en prisión y le cambió la vida.
Tras el escándalo de Acapulco, Henri cuenta que decidió regresar a la ciudad, pero descubrió que el administrador de El 9 se había llevado todo el dinero, que los meseros estaban “apanicados”. Él mismo vivía con miedo. Sin embargo, y pese a que no tenía papeles para estar en México, decidió reabrir el bar con el apoyo de dos amigos, “el primer día solo había 2 clientes, pero después de tres meses volvió a la normalidad”.
A partir de ese momento inicia la segunda época de El 9, para Henri la mejor. Esta etapa significó una apertura, no solo de asistentes al bar, sino de actividades y pensamiento del establecimiento. Se acabó la exclusividad, ahora en él se reunían los jóvenes ricos y rockeros, la cultura con la diversión. Se dio la oportunidad de explorar nuevas rutas, como el teatro experimental.
Henri Donadieu vivió dos momentos que marcaron a México: El sismo de 1985 y la llegada del VIH/SIDA al país. Del primero, afirma que fue “terrible y al mismo tiempo extraordinario. Terrible por los muertos y la ausencia del Gobierno (…) pero maravilloso por ver a la sociedad civil, a la juventud, amas de casa, organizándose. Hubo una entrega de la gente, de toda, desde la más humilde hasta los ricos. Fue algo extraordinario”.
Sobre el sida, Henri vio morir a muchos de sus amigos, a su familia de vida, como gusta llamarles. Su pareja le puso el nombre de El Enterrador, porque siempre estuvo presente en el hospital o el funeral de cada uno de ellos.
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LOS HOMBRES DE HENRI
Henri tuvo mucho suerte al tener grandes amigos, no solo porque eran famosos, sino porque lo apoyaban en todo momento. Prueba de ello es Manolo Fernández, quien de amante pasó a ser su pareja por dos años y luego su socio y amigo. Otro nombre relevante es Xóchitl, la reina de la noche y que lo sorprendió por ser un gran personaje.
Sobre Andy Warhol, cuenta que éste iba ser el padrino del bar El Metal, el cual solo abrió por 4 días y luego fue clausurado. A él le compró 5 cuadros, de la serie de los Dancing Shoes y que, más tarde, vendió para apoyar a Manolo cuando estuvo convaleciente en el hospital.
Pero sin duda, uno de los más importantes de su vida fue Jaime Vite. “Fue mi gran amigo, mi confidente, quien hizo realmente la segunda época de El 9, sin él no hubiera sido lo que es. Era la mamá gallina de El 9″ , recuerda.
Henri lo describe con emoción, como “un ser extraordinario, que tenía el don de reconfortarte”. “Era mi gran, gran amigo”. La última vez que lo vio, fue en la cama de un hospital, recuerda, y desde ahí, Jaime le dijo: “Si preguntan por mí, dile a todos que me fui a Cancún”. Todo un personaje.
HENRI EN MÉXICO
Henri Donnadieu llegó a México el 1 de diciembre de 1976, cuando José López Portillo asume el cargo de presidente. Sin nada a cuestas, pues todo lo dejó cuando escapó de Nueva Caledonia, donde era el Golden Boy de la isla, llegó a un nuevo país a comenzar de cero.
En sus primeras visitas, como turista, se maravilló del país, al cual veía como una ciudad cosmopolita, como Londres o Berlín. Sin embargo, Henri cuenta que una vez que recorrió la verdadera Ciudad de México se dio cuenta que la situación que se vivía era distinta a Europa. “En Europa podía haber homofobia de repente, pero no la represión como aquí, porque aquí era terrible”, cuenta.
Con el pasó del tiempo, y la apertura en ciertos aspectos, Henri considera que la Ciudad de México actualmente “está a la punta de la vanguardia en el respeto de los derechos de la diversidad” y enumera algunos de los logros: las sociedades de convivencia, el derecho a la adopción, el matrimonio igualitario.
Sobre la Zona Rosa, narra que ha ido evolucionando, “se ha hecho un barrio gay de la ciudad. Me gustaría que haya un poco más de diversidad de lugares para jóvenes, y no solo bares”, como en la segunda época de El 9 de Londres, en donde conjugaban diversión y cultura.
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Al final, como buen anfitrión, Henri nos invita unos tragos. Ahí, sin la tensión de la cámara, platica más de su vida; de Alonso, su pareja quien recientemente falleció. De cómo dejó la cocaína, pero sigue consumiendo marihuana. De sus planes a futuro y la invitación al primer aniversario de El 9 de Amberes, próximo a celebrarse el 27 de junio.
Por cierto, si quieren saber más de Henri Donnadieu, pueden comprar su libro La noche soy yo (Ed. Planeta), en donde narra hechos relevantes de su vida, su familia, y por supuesto del bar El 9. Hechos que lo marcaron y lo convirtieron en todo un ícono de la escena nocturna. O como diría Rogelio Villarreal: En todo “un provocador, un liberador y un amante de la vida, sobre todo de la vida que nace cuando el sol se oculta. La alegría de vivir de noche”.
Por cierto, nos recuerda Henri:
“Hay que morir de noche para renacer al siguiente día”
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EDT/dsc