CIUDAD DE MÉXICO.- Aunque el realismo mágico es un término originalmente acuñado por el historiador y crítico de arte, Franz Roh, para referirse a un tipo de pinturas con características realistas, en la literatura, es una palabra que albergan un misticismo que desdibuja la línea de la realidad y permite que los sueños se materialicen sin la necesidad de justificarlo bajo los principios de la lógica. Nacido en América Latina durante el siglo XX, este es un movimiento literario dentro del cual se han forjado algunos de los títulos más relevantes de la literatura.
De acuerdo con la revista Vogue, si bien, existen algunas obras que pueden ser encasilladas dentro de este género alrededor del mundo, existe un motivo por el cual los autores latinoamericanos continúan liderando el movimiento, pues cualquiera que viva en Latinoamérica, sabe que tan solo basta con poner atención al entorno para utilizar la cotidianidad como la fuente misma de inspiración. A lo largo de los años, hemos sido testigos de la evolución de la literatura y las publicaciones que han dejado una huella perenne. Repasamos algunos de los libros de realismo mágico que no puedes dejar pasar.
Cien años de soledad – Gabriel García Márquez
Aunque este no es el único título con el que Gabriel García Márquez logró consolidarse como el más grande exponente del realismo mágico, es, posiblemente, su obra más ovacionada —misma que influyó en que obtuviera el Premio Nobel de Literatura en 1982—. La trama se centra en la vida de la familia Buendía, quien temerosa de tener hijos con colas de cerdo por una maldición derivada del incesto, se instala en el pueblo de Macondo. En un lugar donde la muerte es solo una etapa y la magia forma parte de la realidad de quienes lo habitan, Cien años de soledad se adentra en la línea temporal que cubre diversas generaciones de la familia. Entre misterios sin explicación y un siglo de historia que se entreteje con el tiempo en una aldea que evoluciona junto a los Buendía, esta novela le abre las puertas a una travesía que confirma que en realidad, nada es lo que aparenta.
La casa de los espíritus – Isabel Allende
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Al igual que Cien años de soledad, La casa de los espíritus también narra la vida de una familia a través de una narrativa que se mueve entre generaciones. El patriarca, Esteban Trueba, construyó una reputación que se va desmoronando con el tiempo. Además de un avistamiento a la sociedad Chilena y sus estructuras, esta primera entrega de la trilogía de Isabel Allende —formada también por Hija de la fortuna y Retrato en sepia— presenta el retrato de la familia y cómo los estragos del tiempo lo cambian todo.
Pedro Páramo – Juan Rulfo
Pedro Páramo, la obra más reconocida de Juan Rulfo representa los cimientos del realismo mágico en la literatura latinoamericana. En este, la historia se parte entre la vida de Pedro Páramo, un hombre despiadado cuyo control sobre su pueblo deja grandes consecuencias, y la búsqueda de Juan Preciado, uno de los hijos de Pedro a quien su madre envía a buscarlo como parte de sus últimos deseos. En su camino a Comala, el lugar donde su familia tiene origen y su madre describe como un lugar lleno de vida, Juan descubre que los ecos del pasado son lo único que queda y que este es un sitio en donde las ánimas se pasean por las calles mientras arrastran sus penas y coexisten con el presente.
Como agua para chocolate – Laura Esquivel
Como agua para chocolate, la novela de Laura Esquivel, le da un nuevo formato a los relatos de romance. A través de una narrativa que a modo de recetario incorpora una receta de cocina por año que acompaña el sentir de su protagonista, el libro cuenta la historia de Tita de la Garza, una joven en el seno de una familia tradicional que sueña con romper con las expectativas que su madre y la sociedad tienen de ella para vivir su amor con Pedro, con quien protagoniza un amor prohibido que podría brindarle su libertad.
El reino de este mundo – Alejo Carpenter
Entre los ejemplos de realismo mágico, El reino de este mundo es uno de los más claros exponentes. Escrito por Alejo Carpenter, este libro presenta la historia de un esclavo africano durante la caída de la ocupación francesa y la revolución de Haití. Esta publicación fusiona sucesos inspirados en la historia con simbolismos de la cultura en torno a la magia y otras creencias propias de la cultura haitiana, algo que resulta en un proyecto en donde lo sobrenatural prevalece la vida de los protagonistas y celebra las creencias de su pueblo.
Las lanzas coloradas – Arturo Uslar Pietri
Ambientada durante la guerra por la independencia de Venezuela, Las lanzas coloradas también parte del realismo mágico bajo un contexto histórico. En ella, Arturo Uslar Pietri plasma los pormenores de la confrontación entre el general José Tomás Boves y Simón Bolivar, específicamente, en la batalla de La Victoria. En adición de historias sobre batallas y metáforas de la violencia, también se centra en temas como la segregación social y el duelo. Es considerada como una obra de realismo mágico debido a que su autor fue de los primeros incursores de este movimiento en la literatura venezolana.
Hombres del maíz – Miguel Ángel Asturias
Hombres del maíz se adentra en la cosmovisión de los pueblos indígenas guatemaltecas para extender un mensaje sobre los efectos del capitalismo en las tradiciones ancestrales. En la novela, los elementos místicos con personajes mágicos y surrealistas son la columna que sostiene el desarrollo, sin embargo, el autor denuncia de manera poética la manera en la que el vínculo entre el hombre y sus creencias sagradas respecto a la naturaleza son interrumpidas por los intereses del consumo público. Los paisajes en donde se desarrolla la historia son parte fundamental para la comprensión de su mensaje, pues a través de tierras sagradas siendo arrebatadas de los pueblos y simbolismos que le acompañan, Miguel Ángel Asturias remarca la importancia de conservar las leyendas que le dan vida a las raíces de los pueblos que durante generaciones, han defendido sus creencias.
Aura – Carlos Fuentes
Tras ser contratado para ordenar las memorias de un general fallecido, un joven historiador se muda a una casa en la Ciudad de México junto a la viuda del general y su sobrina. Lo que a simple vista parece ser un trabajo como cualquiera, comienza a complicarse y la realidad se difumina cada vez más entre las sombras del pasado y la misteriosa conexión entre las dos mujeres que le hacen compañía. La trama de Aura, por Carlos Fuentes, adentra al lector en una atmósfera cargada de secretos que cambiarán la perspectiva de su protagonista.
Como vivido cien veces – Cristina Bajo
Descrita como una historia de pasiones salvajes, Como vivido cien veces se remonta en el pasado para seguir a los Osorio, una familia en un país rodeado por guerras civiles y a los miembros que la conforman. La novela explora su historia familiar mientras le da pie a las leyendas sobre espíritus y ánimas que adornan el entorno. Al igual que novelas similares, el contexto ayuda al desarrollo de la vida de los miembros de la familia mientras se remarca el misticismo que la acompaña.
Los recuerdos del porvenir – Elena Garro
A modo de crítica social, Los recuerdos del porvenir se distingue por una trama con un narrador omnipresente. El libro se sitúa en el pueblo de Ixtepec durante la época después de la Revolución Mexicana y la Guerra Cristera para contar la historia del lugar y de las personas que lo habitan. El ambiente lúgubre acompaña las historias que se cruzan entre sí para así conformar la construcción de este título, con el que Elena Garro recurre a lo poético en una mezcla de fantasía con situaciones que expiden un aire familiar.
Memoria de mis putas tristes – Gabriel García Márquez
Entre los éxitos de Gabriel García Márquez, Memoria de mis putas tristes es una de las publicaciones que más destacan. En esta, un periodista de avanzada edad decide celebrar su vida con el servicio de una joven virgen, pero lo que suponía ser tan solo una noche de desenfreno, terminó por ser el inicio de un enamoramiento que lo regresarán a los recuerdos de una vida sexual colmada de pasión, que es contada por él mismo. Así, García Márquez aborda la llegada de la vejez y el amor como el sentido de la existencia.
Mi planta de naranja lima – José Mauro de Vasconcelos
Mi planta de naranja lima por José Mauro de Vasconselos presenta la historia de Zezé, un niño de cinco años que sueña con salir adelante a pesar de la limitada realidad en la que vive. La falta de cariño de la familia de Zezé no es limitante para su imaginación, que es acompañada por mundos llenos de fantasía y una planta de naranja lima en el patio de su casa que se convierte en su mejor amiga. La historia empatiza con la situación de su protagonista y ovaciona la manera en la que las afronta desde el amor.
El país de las últimas cosas – Paul Auster
La muerte de la esperanza no es poco común cuando se trata del realismo mágico, y El país de las últimas cosas no es la excepción. La trama parte de Anna Blume, una joven en busca de su hermano que se adentra en una ciudad que parece estar olvidada por el mundo. Aquí la vida no transcurre como acostumbra, y el aire fatídico obliga a los habitantes a vivir en las migajas de su pasado. Paul Auster pone sobre la mesa el final de una civilización y el sentir de los protagonistas de por medio.
La muerte de Artemio Cruz – Carlos Fuentes
En La muerte de Artemio Cruz, Carlos Fuentes redacta las últimas horas de Artemio, el protagonista del relato. Sin esperanza y sujeto a los recuerdos de su vida, desvela sus secretos en el desarrollo como un último intento de redención. Esto, acompañado por un viaje en el que se sustituyen los fragmentos de un México desde la perspectiva de este personaje por recuerdos de una sociedad dividida por las clases sociales y la injusticia a causa de la Revolución Mexicana, un contexto histórico recurrente en las novelas de realismo mágico en México.
AM.MX/fm