CIUDAD DE MÉXICO.- Las personas de la comunidad LGBTIQ+ migran por su orientación sexual e identidad de género. La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en México ha registrado al menos 6 mil casos, entre 2017 y 2025, de personas solicitantes de refugio que revelaron ser parte de ese grupo de diversidades sexogenéricas.
Por otro lado, la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA World) reporta en su Informe Global 2024, que 64 Estados miembros de la ONU criminalizan los actos sexuales consensuales entre personas del mismo sexo y siete los condenan con pena de muerte.
“Las poblaciones LGBTIQ+ constantemente migramos”, así lo relató René Tec-López, investigadore posdoctoral del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, y no sólo se refiere a una migración geográfica. La primera que viven las personas de la comunidad es cuando son expulsadas de sus hogares por motivos de su orientación sexual e identidad de género; a ese fenómeno en los estudios sobre migración y diversidad sexual se le ha llamado “sexilio”.
De acuerdo con la Gaceta UNAM, estas experiencias de migración alcanzan otra escala cuando las personas de la comunidad LGBTIQ+ viven en países donde no existen leyes a favor de las diversidades sexuales y se pueden encontrar, además, en contextos de extrema vulnerabilidad, violencia y crimen organizado, por lo que si su vida corre peligro, deciden migrar.
Actualmente, René Tec-López lleva a cabo el proyecto “Ante el cruce de fronteras. Minorías sexuales migrantes y prácticas religiosas: un abordaje desde la interseccionalidad”. Su trabajo etnográfico se enfoca particularmente en Ciudad de México, pero cuenta con experiencia en zonas como Tapachula y Tijuana.
Personas LGBTIQ+ que vienen de Centroamérica y Sudamérica buscan llegar a Estados Unidos como destino final, con la promesa de llegar a una nación con muchas más libertades, derechos y seguridad. Particularmente, México era un país origen, sin embargo, se convirtió en un lugar de tránsito y ahora figura como un destino en el que las personas de la comunidad buscan establecerse.
“Especialmente Ciudad de México, con este avance en los derechos sexuales y reproductivos, se ve como una urbe muy atractiva para la población, especialmente LGBTIQ+”, explicó Tec-López, quien además señaló que desde 2013 se empezó a identificar que había población LGBTIQ+ migrante que llegaba a nuestro país, y fue todavía más visible cuando en 2018 entraban por Tapachula, Chiapas, con pancartas y banderas en las caravanas migrantes.
Narró que las personas de la comunidad migraban de forma solitaria y eso las llevaba a estar en situaciones de riesgo, pero “cuando empiezan las dinámicas de las caravanas encuentran un espacio mucho más seguro y, además, hay mucha atención mediática, y esto lleva a mostrar mucho interés desde la academia y las organizaciones civiles. Hay población LGBTIQ+ que está migrando por razón de su orientación sexual e identidad de género”.
No obstante, “las personas migrantes LGBTIQ+ no solamente son una comunidad, sino que hay una serie de intersecciones”, complejiza le investigadore para hablar de las problemáticas de quienes están en tránsito, e incluye factores como la racialización, la precariedad económica y laboral o que se encuentran huyendo de zonas en conflicto armado o del crimen organizado.
René Tec-López colabora con la Organización para el Refugio, el Asilo y la Migración, dedicada a proteger y empoderar a los solicitantes de asilo y refugiados LGBTIQ+ en el mundo. “El 95 % de los casos que acompañamos son de violencia sexual, especialmente mujeres trans que han vivido esclavitud sexual por grupos del crimen organizado y que sufrieron secuestro. Son situaciones muy delicadas y por eso solicitan refugio en México”, acotó.
La experiencia de la comunidad LGBTIQ+ en México es muy importante, los testimonios cuentan con pequeños detalles muy relevantes: “Se impresionan mucho al estar caminando en el Zócalo y ver personas del mismo sexo tomadas de la mano, eso para ellos es algo muy significativo, entonces deciden solicitar asilo aquí”. Por ejemplo, en Honduras o Haití se castiga mucho socialmente la diversidad sexual y las parejas homosexuales no son vistas en los espacios públicos, comentó.
Sin embargo, otro problema que enfrenta la comunidad migrante es la xenofobia, por lo que René Tec-López advirtió la urgencia de que los activismos LGBTIQ+ coloquen en su agenda la problemática migratoria. “Hay un sector de la sociedad que es muy empático y sensible, pero el Estado no tiene la infraestructura ni los recursos para atender un fenómeno tan complejo”, concluyó.
AM.MX/FM