La lucha contra el sida ha alcanzado un punto de inflexión. De acuerdo con el último informe del Programa de Naciones Unidas para la Lucha contra el SIDA (ONUSIDA), las muertes relacionadas con la enfermedad se han reducido a la mitad desde 2005.
En 2016, un millón de personas en todo el mundo falleció por causas relacionadas con la enfermedad. En 2005, la cifra ascendía a 1.9 millones de muertes.
Las regiones en las que se han conseguido mayores progresos en este periodo son el sur y el este de África, zonas de muy alta presencia del VIH. De acuerdo con ONUSIDA, en la última década las muertes relacionadas con el sida han disminuido un 42% en estas zonas y los nuevos casos se han reducido en casi un tercio, incluyendo una reducción de la mitad de nuevas infecciones en niños.
El organismo también reveló que más de la mitad de las personas infectadas en el mundo reciben tratamiento y el número de nuevas infecciones por el VIH está en caída, aunque a un ritmo aún demasiado lento para frenar la epidemia.
“En 2016, 19.5 millones de personas, de entre las 36.7 millones que viven con VIH, tenían acceso a tratamiento”, es decir más del 53%, según datos del organismo de la ONU.
“Pero nuestra lucha por poner fin al sida apenas empieza. Vivimos tiempos difíciles y los progresos logrados pueden borrarse fácilmente”, advirtió Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, citado en el informe.
SIDA en Latinoamérica
En el caso de América Latina, el número de muertes relacionadas con el SIDA disminuyó, de forma constante, en un 12 por ciento entre los años 2000 y 2016, a pesar de los datos “preocupantes” en países como Bolivia, Guatemala, Paraguay y Uruguay.
En el año 2000, fallecieron en la región unas 43 mil personas, frente a las cerca de 36 mil de 2016, un declive fruto de la mayor disponibilidad de tratamientos atirretrovirales.
Este “progreso significativo” está impulsado por la reducción de las muertes relacionadas con el SIDA en Perú (62 por ciento entre 2000 y 2016), Honduras (por ciento 58%) y Colombia (45 por ciento).
Mientras que el número de portadores de VIH en América Latina asciende a 1.8 millones y las nuevas infecciones se mantienen estables desde 2010, con casi 100 mil casos por año.
ONUSIDA reveló que la cantidad de seropositivos con acceso a tratamientos antirretrovirales se ha casi duplicado en seis años (58 por ciento de todos los afectados), pasando de 511 mil 700 personas en 2010 a un millón en 2016, lo que sitúa a la región por encima de la media mundial (53 por ciento ).
Sin embargo, el organismo advirtió que “pocos países tienen dificultades para implementar sus programas” de medicación, como Bolivia, donde solo el 25 por ciento de los infectados tienen acceso al tratamiento, o Paraguay, con un 35 por ciento. En Venezuela, la crisis económica ha provocado la escasez “de muchos medicamentos esenciales, en especial antirretrovirales”, añadió la institución.
Uno de los problemas en Latinoamérica es el elevado coste de los tratamientos “en varios de los países más afectados por el VIH”, advirtió ONUSIDA, que alabó las “licencias obligatorias” promovidas por Brasil y Ecuador, que permiten reproducir un fármaco patentado sin fines de uso comercial.
Calificado de amenaza para la salud pública por la ONU, el VIH afecta a un total de 36.7 millones de mujeres y hombres en todo el planeta, y desde su identificación en 1981 ha provocado 36 millones de muertes.