Ciudad de México.- En un esfuerzo conjunto por preservar el patrimonio artístico y cultural de la capital, el Gobierno de la Ciudad de México, a través de la Secretaría de Cultura local y la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, en colaboración con la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), ha iniciado la restauración de tres murales emblemáticos: “La lucha de los obreros contra los monopolios” de Pablo O’Higgins, “Danzas populares. Historia del teatro en México” de Juan Campos W y “Los alimentos y el problema del obrero” de Antonio Pujol.
Estas obras, que datan de 1934 y se encuentran en el Teatro del Pueblo ubicado en República de Venezuela 72 en el Centro Histórico, han sufrido deterioros con el paso del tiempo debido a la humedad, polvo en superficie, desprendimientos parciales, pérdida de tonalidad y afloraciones salinas.
Con recursos del Fideicomiso de Transferencia de Potencialidades F/54, se llevan a cabo trabajos de limpieza profunda, restauración integral y mantenimiento preventivo del inmueble para evitar futuros daños.
“La mayor afectación que ha tenido la obra del maestro Pablo O’Higgins fue causada por un problema de filtración de humedad”, explicó José Caballero Rosas, restaurador del Cencropam del Inbal. “Se está haciendo un trabajo de reposición de impermeabilizante y resanes en zonas agrietadas o vulnerables para proteger el edificio y evitar que la humedad siga afectando el mural”.
Los trabajos de restauración, con una duración estimada de tres meses, se realizan bajo la supervisión de expertos en pintura mural. La limpieza mecánica se realiza de manera descendente en cada mural con aspiradora industrial y brocha, seguida de una “limpieza acuosa” con agua destilada y alcohol isopropílico controlado, utilizando esponjas naturales para eliminar la grasa y el hollín.
“Se respeta el trabajo de intervenciones anteriores y se realiza la reintegración del color en las zonas con afectaciones más evidentes, apoyándonos en fotografías de la obra para dejarla como originalmente estaba”, detalló Caballero.
Las labores de restauración también incluyen el mantenimiento de las azoteas y bajadas pluviales para evitar futuros daños a los murales. “Todas las decisiones que se tomen en este proyecto van a ayudar a subsanar los problemas que tenemos hoy en día y al mismo tiempo evitar, en medida de lo posible, que siga habiendo daños”, afirmó el restaurador.
Las acciones de restauración buscan no solo salvaguardar estas obras de gran valor histórico y artístico, sino también acercarlas al público y fomentar el interés por el patrimonio cultural de la Ciudad de México.
“Es importante que los Gobiernos de México y capitalino actúen conjunta e interinstitucionalmente en obras de restauración”, finalizó Caballero. “No solo para la preservación de estas obras, sino también para que la ciudadanía se interese en ellas y acuda a estos espacios que las alojan”.
EDT.MX/CV